sábado

REQUIESCANT


Requiescant – Una bibbia… una colt… un massacro
1967
Italia
Director: Carlo Lizzani
Guión: Lucio Battistrada, Andrew Baxter, Adriano Bolzoni, Armando Crispino, Denis Greene, Edward Williams
Fotografía: Sandro Mancori
Música: Riz Ortolani

Reparto:
Lou Castel, Mark Damon, Pier Paolo Pasolini, Ninetto Davoli, Franco Citti, Pietro Ceccarelli, Barbara Frey, Nino Davoli, Rossana Martini, Rosanna Crisman, Jacques Stany, Mirella Maravidi, Renato Nicolai, Luisa Pasqualotto Baratto, Ferruccio Viotti, Michele Rugo, Carlo Paolocci, Renato Terra, Nino Musco, Lorenza Guerrieri, Anna Carrer, Aldo Marieneci, Massimo Sarchielli, Pietro Ceccarelli, Hermann Nehlsen, Ivan G. Scrutaglia, Pier Annibale Danovi, Vittorio Duse.

Spaghetti dirigido en 1967 por Carlo Lizzanni, que también la coproduce, en el que trasladó una peli de tesis (fundamentalmente lleva a cabo una lectura marxista de parte de los principios de la Teología de la Liberación) al mundo del western; sin, para mí, obtener buenos resultados. Requiescant, un niño que sobrevivió a una matanza de mejicanos perpetrada por los hombres de Ferguson (un aristócrata estadounidense que pretendía de esta forma arrebatarles sus propiedades), es adoptado por un pastor y su mujer que le educan bajo los caminos de Dios. Pasado el tiempo su hermanastra desaparece y decide buscarla, para encontrarse con que ejerce la prostitución explotada por uno de los hombres de Ferguson, Dean Light. Allí conocerá su pasado y se convertirá en el líder de los desamparados en su lucha contra el aristócrata.

Película con una fuerte carga ideológica pero que al contrario de en otros spaghettis clásicos, como los rodados por Sollima o algunos de Corbucci, ésta está mal insertada en la trama con la proliferación de aburridos monólogos y discursos que a la postre suponen, para mí, un lastre para la película al ralentizar hasta la exasperación el desarrollo de la historia. Los guionistas (entre ellos Pasolini que participó aunque sin acreditar) se valen de dos personajes contrapuestos para articular el discurso político:

Por una parte estaría el sacerdote interpretado por el propio Pasolini cuya elección no es casual ya que era un reputado y conocido activista comunista que años antes había rodado la polémica “El Evangelio según San Mateo”, con lo que se pretende identificar religión con marxismo; así partiendo de parte de los postulados de la Teología de la Liberación, como la afirmación de que la pobreza no se debía a la casualidad sino a determinadas causas originadas por la degradación del sistema capitalista o la identificación entre liberación, utopía y salvación, se pretenden justificar los movimientos revolucionarios y dotarlos de un significado trascendente. En este sentido (identificación entre religión y revolución) cobra gran importancia una de las primeras conversaciones que mantiene con el protagonista al señalarle que: “Todo está en los planes de Dios y lo que está escrito debe realizarse” para a continuación comentarle cómo les arrebataron las tierras a sus legítimos propietarios (los mejicanos), hecho que está escrito; así como, la conversación que mantiene el protagonista con su prostituida hermana al señalar que :”Cada hombre ha nacido libre. Tiene que haber algo más allá de la fuerza de la Ley”.

Por otro lado está Ferguson, personaje que parece remitirnos al concepto del superhombre y, como tal, es contrario al igualitarismo, rechaza la moral de los esclavos y la conducta gregaria y, consciente de que su vida no es trascendente, crea sus propios valores. Todo ello le lleva a carecer de compasión, ser cruel y despreciar a los débiles; así como, a su gusto por el combate (postulados que en mayor o menor medida fueron adoptados por el nazismo). Además frente la igualdad entre hombres y mujeres propugnado por los revolucionarios (con lo que también se está identificando revolución con feminismo), considera a las mujeres como seres inferiores cuyo único fin es la procreación y de las que los elegidos, que tienen la obligación de crear, matar y construir, deben alejarse. Esto le lleva a mantener una relación ambigua desde el punto de vista sexual con su segundo, Dean Light.

Y entre ellos la figura de Requiescant, un huérfano criado por un pastor, que parece haber sido elegido por un ser superior para liderar el movimiento de liberación de los desfavorecidos (sólo así se puede entender la escena en la que toma en sus manos un revólver por primera vez y sin apuntar acaba con dos bandidos o su enfrentamiento con los hermanos Brad, dos reputados pistoleros).Además en una segunda lectura, también muy politizada de la película, se puede apreciar una crítica velada a la política exterior estadounidense, que se caracterizó durante esos años por el intervencionismo agresivo, sobre todo, en Vietnam y en el continente americano. Así en la primera escena son soldados con uniformes de la Unión los que ametrallan a los campesinos mejicanos para arrebatarles sus tierras y establecer, de esta forma, un régimen opresor con ausencia total de leyes y en el que imponen su voluntad por medio de la fuerza. El paralelismo es evidente con la situación que se vivía a finales de los años sesenta.

Pero con independencia de estas consideraciones y de que no sé cual es el problema de la peli, si su excesiva carga ideológica, su falta de ritmo (a pesar de que Lizzani consigue alguna buena escena como la del impactante comienzo y el original aunque un tanto artificioso duelo entre el protagonista y Dean Light), su guión un tanto farragoso, creo que el film no funciona y, por momentos, se hace muy pesado.

En cuanto a la banda sonora compuesta por Riz Ortolani cabe señalar que es muy variada con temas que van desde el minimalismo de una guitarra sin melodía a otro con predominio del órgano que remite a música sacra, pasando por el que identifica a los revolucionarios que cuenta con un tono más festivo y épico, pero ninguno de ellos me convenció demasiado.

Por lo que respecta a los actores, Lou Castel que interpreta a Requiescant el elegido que después de matar recita la Biblia, físicamente da el papel favorecido por su rostro angelical, pero está tan inexpresivo como en él es habitual. Mark Damon es Ferguson, el clasista y racista aristócrata, que tampoco me gustó, con independencia de su vestuario y caracterización más propios de alguna de las pelis sobre obras de Poe que rodó con Roger Corman. El triángulo se completa con Pasolini que aporta su habitual cara de palo al personaje de Juan, un sacerdote que rechaza la violencia pero la considera necesaria dada la situación de opresión existente y que, según sus propias palabras, ha pastoreado las ovejas hasta la llegada del elegido. Junto a ellos dos habituales en el cine de Pasolini: Franco Citti y Ninetto Davoli.

En definitiva creo que es un ensayo fallido consistente en utilizar el spaghetti para realizar una película muy politizada que por momentos se hace pedante, pretenciosa y aburrida, pues se olvida de parte de las características de este subgénero como son el ritmo trepidante y la agilidad narrativa.

MARK DAMON
Actor estadounidense (Chicago 1933) cuyo verdadero nombre es Alan Mark Harris. De formación universitaria (estudió literatura y administración de empresas en UCLA) comenzó su andadura en el mundo de la interpretación a mediados de los cincuenta en varias series de televisión. En esta década su papel más importante fue el de marine en el drama bélico de Richard Fleischer “Los diablos del Pacífico” (1956), película en la que compartía cartel con Robert Wagner y Broderick Crawford.

A pesar de ganar el Globo de Oro por su trabajo en “La caída de la Casa Usher” (1960), una de los films de terror dirigidos por Roger Corman basados en los relatos de Edgar Allan Poe y en el que tuvo como compañero a Vicent Price, su carrera no despegaba, por lo que decidió trasladarse a Europa, teniendo lugar su debut en este continente en “El día más corto” (1963) una comedia paródica dirigida por Sergio Corbucci de “El día más largo” (1962)” en la que, curiosamente, Damon tenía una pequeña intervención.
A partir de esta fecha, y a lo largo de aproximadamente trece años de carrera en Europa, participó en más de cuarenta películas de géneros muy variados: aventuras, bélicas, terror y, por supuesto, spaghettis, de los que rodó diez. Desde 1977, y ya de vuelta en los EEUU, ejerce como productor través de Producer Sales Organization, con la que se ha convertido en un reputado productor independiente. En 1987 funda una nueva productora Vision International.

Filmografía SW:

1965- Johnny Oro
1966- Johnny Yuma
1967- Requiescant
1967- La muerte no cuenta los dólares
1968- ¿Quién grita venganza?
1968- Un tren para Durango
1968- La hora del coraje
1971- El predicador bandido (Posate le pistole, reverendo)
1972- Le llamaban la Verdad (Lo chiamavano Veritá)
1972- Repoker de bribones

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