Barro en los ojos (W Django)
1971
Italia
Director: Edoardo Mulargia
Guión: Nino Stresa
Fotografía: Marcello Massiocchi
Música: Piero Umiliani
Reparto:
Anthony Steffen, Stelio Candelli, Glauco Onorato, Chris Avram, Esmeralda Barros, Donato Castellaneta, Amerigo Leoni, Benito Stefanelli, Riccardo Pizzuti, Simonetta Vitelli, Furio Meniconi, Remo Capitani, Giovanni Cianfriglia, Franco Daddi, Nazzareno Natale, Paolo Figlia, Gilberto Galimberti, Alessandro Perrella, Fortunato Arena, Ida Galli, Lorenzo Piani, Attilio Severini, Pinuccio Ardia
Tras ser asesinada su mujer, Django se lanza a la búsqueda de los criminales. Para ello salvará de la horca a Carranza, único miembro del grupo al que conoce pero que estaba en prisión cuando se cometió el crimen, quien le pondrá sobre la pista de los homicidas. Pero en su búsqueda, ambos se verán envueltos en un enfrentamiento existente entre forajidos mejicanos, pistoleros gringos y soldados regulares por un cargamento de winchesters.
En 1971 (fecha de realización de esta producción italiana) el spaghetti western comenzaba a dar muestras de su agotamiento, tanto por la falta de películas mínimamente originales (aunque se llegaron a realizar algunas de calidad con posterioridad a esta fecha como ”Keoma” dirigida por Castellari en 1976 o “California” realizada por Lupo en 1977, pero desgraciadamente con carácter aislado) como por la aparición del western paródico y cómico debido, fundamentalmente, al éxito de la película “Le llamaban Trinidad” de 1970, con lo que las propuestas fueron cada vez más extravagantes y absurdas.Pues bien, este spaghetti dirigido por Edoardo Mulargia, bajo el seudónimo de Edward G. Muller, creo que es un claro ejemplo de ambos defectos.
Por una parte, el aficionado a este subgénero encontrará multitud de situaciones ya vistas en otros spaghettis. Así el tema principal (la venganza llevada acabo por un individuo al que asesinan a su mujer) ha sido tratado en varias ocasiones (recuerdo en este momento “El vengador del Sur”, por ejemplo); además la película remite a la magnífica “De hombre a hombre” puesto que uno de los bandidos que participaron en el asesinato de su mujer se convertirá en el mejor aliado del protagonista. Junto a éstas, aparecen referencias a otros clásicos como Django (el héroe-antihéroe llega andando y cargado con una silla de montar a un pueblo prácticamente abandonado como consecuencia del enfrentamiento entre pistoleros gringos y bandidos mejicanos), “La muerte tenía un precio” (puesto que el protagonista porta una caja de música con la foto de su mujer que remite al reloj que llevaba Lee Van Cleef en el clásico de Sergio Leone) o “El bueno, el feo y el malo "(sobre todo en el personaje del mejicano Carranza y en cómo le salva de la horca el protagonista para posteriormente trazar un plan con el objeto de cobrar la recompensa que ofrecen por él).
Por otra parte, junto a las abundantes escenas de acción se intercalan momentos de marcado tono humorístico que son un puro relleno al no aportar nada a la película y, para mi gusto, quedan bastante ridículos. Es el caso, por ejemplo, de la secuencia en la que Django y Carranza arrastran con sus caballos por las calles del pueblo la cama en la que se encuentra Jeff (escena que no sé a qué viene) o la del coche conducida por los pistoleros de Jeff inmediatamente antes de iniciarse el tiroteo final.
Mulargia da muestra de cierto talento en momentos aislados, como en la dramática secuencia en la que Jeff obliga a un pobre hombre que no sabe disparar a enfrentarse a él o en el desafío final entre Django y Jeff, pero no puede hacer gran cosa dado el anecdótico y casi inexistente guión de Nino Stresa que, a falta de ideas, rellena la película con continuas escenas de tiroteos, en el que los diálogos son del tipo de: “Vaya sorpresa. Un poco más y me meo de miedo” y que parte de una premisa bastante inverosímil como es que Jeff, Thompson, Carranza y el mayor Gómez, personajes muy diferentes, hubieran formado parte de un mismo grupo.
La banda sonora corre por cuenta de Piero Umiliani con un tema principal bastante correcto y pegadizo, repetido con diversas variaciones a lo largo del film, en el que se alternan guitarras, trompetas y flautas, al que se suma otro de inspiración mejicana (la película se desarrolla en la frontera) y uno de corte más lírico que no me resultó adecuado.
En cuanto a los actores, Anthonny Steffen con su inexpresividad habitual y en su tercera colaboración “spaghettera” con Mulargia (posteriormente harían otros tres filmes) intenta, sin para mí conseguirlo, dotar de cierta gravedad a su personaje de Django (supongo que como en otros spaghettis utilizaron el nombre para aprovechar el tirón de la película de Corbucci, pero poco tiene que ver con el original), mientras que en las escenas de acción se desenvuelve con notable soltura. La película, para mí, se la lleva Glauco Honorato que hace una estupenda interpretación como Carranza, antiguo miembro de la banda que asesinó a la mujer de Django que se convertirá en un aliado perfecto de éste. Junto a ellos, en un papel secundario, el rumano Chris Avram, que ese mismo año había intervenido en un notable giallo de Mario Bava, “Bahía de sangre”.
En resumen creo que nos encontramos ante un spaghetti menor, técnicamente correcto, poco original, agradable de ver para los aficionados a este subgénero sobre todo por la cantidad de tiroteos que contiene y fácilmente olvidable. (TEXTO 800SW)
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