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jueves

15 HORCAS PARA UN ASESINO (RESUMEN)

Quince horcas para un asesino (Quindici forche per un assassino)
Italia/España
1968
DIRECTOR Nunzio Malasomma
REPARTO Craig Hill, George Martín, Aldo Sambrell, Tomás Blanco, Eleonora Brown, Andrea Bosic, Howard Ross, José Manuel Martín, Aldo Berti, Frank Braña, Giovanni Ivan Scratuglia, Umberto Raho, Luis Durán, María Montez, Laura Redi, Margarita Lozano, Alvaro de Luna, Ricardo Palacios, Antonio Molino Rojo.
GUIÓN Mario Di Nardo, José Luis Bayona
FOTOGRAFÍA Stelvio Massi
MÚSICA Francesco de Masi
ESPECTADORES 865.148

Acusados injustamente por el asesinato de tres mujeres, los miembros de dos bandas rivales se unen para poder sobrevivir a la caza a la que son sometidos por todo el pueblo. Y huyendo llegan hasta un abandonado fuerte, en el que intentaran defenderse de los ataques del grupo que les persigue.

Sandy Cassell (George Martin) es el jefe de una banda de ladrones de caballos. Después de su ultimo robo, matan a algunos vaqueros, y eso hace que Bill Mack (Craig Hill), líder de otra banda, se ponga tras su pista por una recompensa que dan por ellos.

Cuando la banda de Casell está durmiendo en el granero de un rancho de una viuda que vive sola con sus dos hijas, es cuando Mack da con ellos. Y le propone a Casell un curioso negocio. Después de que les diga donde vendió los caballos y ellos se lo devuelvan a los dueños, avisara a Casell para que los vuelva a robar. Como el negocio parece redondo, Casell acepta.

Pero a la mañana siguiente, y cuando aún las dos bandas siguen en el granero durmiendo, llega el novio de una de las hijas de la dueña del rancho, que primero descubre a las tres mujeres muertas dentro de la casa, y después a los hombres. Decide ir a avisar a el sheriff, y todos los ciudadanos del pueblo se dirigen a detener a los supuestos asesinos.
Estos, al despertarse y ver a las mujeres muertas, comienzan a preguntarse quien ha sido el asesino. Pero entonces aparece el grupo comandado por el sheriff, y pese a que Casell intenta que no huyan, el primer instinto hacen que todos comiencen a hacerlo nada más ver a los hombres del pueblo, comenzando una persecución.

La misma acaba al llegar a un viejo fuerte, en el que se resguardan. Por desgracia los hombres del sheriff no cesaran en sus ataques y pronto los nervios y los más bajos instintos comenzarán a aparecer en los pistoleros acorralados.

Una trama original, sin duda. Con unos apuntes de suspense psicológico, sobre todo en el encierro, que hace que los miembros de ambas bandas comiencen a ponerse nervioso al verse atrapados y sin posibilidad de escapar a la ira de los hombres que están fuera. Una ira que hace que a cada "asesino" al que van matando hasta los cuelguen para que los vean sus compañeros. Es sin dudar también de señalar la actitud de estos pistoleros que supuestamente son el "brazo de la ley", ya que muchas veces a lo largo de la historia son casi igual de crueles que a los hombres a los que persiguen.

Aunque en honor a la verdad, casi todos los personajes son de una moralidad bastante gris tirando a oscura. Hasta el propio Bill Mack, supuesto protagonista de la historia, no duda en robar, secuestrar y hasta matar para lograr sus objetivos, y más si lo que quiere es escapar con vida. Su cara de la otra moneda, Sandy Cassell, aunque tampoco tiene muchos escrúpulos, al comienzo de la historia aún tiene un poco de moralidad. Moralidad que por otro lado irá perdiendo conforme avance la historia.

Ambos actores (Craig Hill y George Martin) son sin duda los mejores de todo el reparto, consiguiendo los dos buenas actuaciones. Aunque tampoco quiero dejar pasar a José Manuel Martín, en un grandísimo papel como un cura con vocación de pistolero, con su ropa ennegrecida, y sobre todo con su biblia siempre a punto para soltar algún sermón. El resto del reparto lo conforman algunos habituales, como Frank Braña, Ricardo Palacios, Tomas Blanco, Aldo Sambrell o Alvaro de Luna.

Sobre la dirección del italiano Nunzio Malasomma, pese a que quizás no resalte, es aceptable, y se le ve que sabia bien como rodar un western de la nueva hornada. Algunos buenos movimientos de cámara le delatan como un hombre de técnica depurada. Por desgracia, este fue su único spaghetti, y también su ultima película, ya que unos pocos años después moriría.

La fotografía y la banda sonora siguen esa línea, y si quizás no son del todo notable, se pueden definir como un trabajo que no estropea el conjunto final.

Seguramente en manos de un director con un poco más de talento esta película hubiera sido una verdadera cinta a tener en cuenta y más conocida, pero pese a todo creo que es un titulo cuanto menos original y arriesgado por su historia, y que "15 horcas para un asesino" es una película a recuperar y a reivindicar como un gran pequeño spaghetti

miércoles

QUINCE HORCAS PARA UN ASESINO

 

Quince horcas para un asesino (Quindici forche per un assassino)
Italia/España
1968
DIRECTOR Nunzio Malasomma
REPARTO Craig Hill, George Martín, Aldo Sambrell, Tomás Blanco, Eleonora Brown, Andrea Bosic, Howard Ross, José Manuel Martín, Aldo Berti, Frank Braña, Giovanni Ivan Scratuglia, Umberto Raho, Luis Durán, María Montez, Laura Redi, Margarita Lozano, Alvaro de Luna, Ricardo Palacios, Antonio Molino Rojo.
GUIÓN Mario Di Nardo, José Luis Bayona
FOTOGRAFÍA Stelvio Massi
MÚSICA Francesco de Masi
ESPECTADORES 865.148

Acusados injustamente por el asesinato de tres mujeres, los miembros de dos bandas rivales se unen para poder sobrevivir a la caza a la que son sometidos por todo el pueblo. Y huyendo llegan hasta un abandonado fuerte, en el que intentaran defenderse de los ataques del grupo que les persigue.

Sandy Cassell (George Martin) es el jefe de una banda de ladrones de caballos. Después de su ultimo robo, matan a algunos vaqueros, y eso hace que Bill Mack (Craig Hill), líder de otra banda, se ponga tras su pista por una recompensa que dan por ellos.

Cuando la banda de Casell está durmiendo en el granero de un rancho de una viuda que vive sola con sus dos hijas, es cuando Mack da con ellos. Y le propone a Casell un curioso negocio. Después de que les diga donde vendió los caballos y ellos se lo devuelvan a los dueños, avisara a Casell para que los vuelva a robar. Como el negocio parece redondo, Casell acepta.

Pero a la mañana siguiente, y cuando aún las dos bandas siguen en el granero durmiendo, llega el novio de una de las hijas de la dueña del rancho, que primero descubre a las tres mujeres muertas dentro de la casa, y después a los hombres. Decide ir a avisar a el sheriff, y todos los ciudadanos del pueblo se dirigen a detener a los supuestos asesinos.

Estos, al despertarse y ver a las mujeres muertas, comienzan a preguntarse quien ha sido el asesino. Pero entonces aparece el grupo comandado por el sheriff, y pese a que Casell intenta que no huyan, el primer instinto hacen que todos comiencen a hacerlo nada más ver a los hombres del pueblo, comenzando una persecución.

La misma acaba al llegar a un viejo fuerte, en el que se resguardan. Por desgracia los hombres del sheriff no cesaran en sus ataques y pronto los nervios y los más bajos instintos comenzarán a aparecer en los pistoleros acorralados.

Una trama original, sin duda. Con unos apuntes de suspense psicológico, sobre todo en el encierro, que hace que los miembros de ambas bandas comiencen a ponerse nervioso al verse atrapados y sin posibilidad de escapar a la ira de los hombres que están fuera. Una ira que hace que a cada "asesino" al que van matando hasta los cuelguen para que los vean sus compañeros. Es sin dudar también de señalar la actitud de estos pistoleros que supuestamente son el "brazo de la ley", ya que muchas veces a lo largo de la historia son casi igual de crueles que a los hombres a los que persiguen.

Aunque en honor a la verdad, casi todos los personajes son de una moralidad bastante gris tirando a oscura. Hasta el propio Bill Mack, supuesto protagonista de la historia, no duda en robar, secuestrar y hasta matar para lograr sus objetivos, y más si lo que quiere es escapar con vida. Su cara de la otra moneda, Sandy Cassell, aunque tampoco tiene muchos escrúpulos, al comienzo de la historia aún tiene un poco de moralidad. Moralidad que por otro lado irá perdiendo conforme avance la historia.

Ambos actores (Craig Hill y George Martin) son sin duda los mejores de todo el reparto, consiguiendo los dos buenas actuaciones. Aunque tampoco quiero dejar pasar a José Manuel Martín, en un gran papel como un cura con vocación de pistolero, con su ropa ennegrecida, y sobre todo con su biblia siempre a punto para soltar algún sermón. El resto del reparto lo conforman algunos habituales, como Frank Braña, Ricardo Palacios, Tomas Blanco, Aldo Sambrell o Alvaro de Luna.

Sobre la dirección del italiano Nunzio Malasomma, pese a que quizás no resalte, es aceptable, y se le ve que sabia bien como rodar un western de la nueva hornada. Algunos buenos movimientos de cámara le delatan como un hombre de tecnica depurada. Por desgracia, este fue su único spaghetti, y también su ultima película, ya que unos pocos años después moriría.

La fotografía y la banda sonora siguen esa línea, y si quizás no son del todo notable, se pueden definir como un trabajo que no estropea el conjunto final.

Seguramente en manos de un director con un poco más de talento esta película hubiera sido una verdadera cinta a tener en cuenta y más conocida, pero pese a todo creo que es un titulo cuanto menos original y arriesgado por su historia, y que "15 horcas para un asesino" es una película a recuperar y a reivindicar como un gran pequeño spaghetti.   (TEXTO 800 SW)


domingo

EL BUENO, EL FEO Y EL MALO


Título original
Il buono, il brutto, il cattivo
Año
1966
Duración
161 min.
País
Italia Italia
Director
Sergio Leone
Guion
Agenore Incrocci, Furio Scarpelli, Luciano Vincenzoni, Sergio Leone
Música
Ennio Morricone
Fotografía
Tonino Delli Colli
Reparto
Clint Eastwood, Lee Van Cleef, Eli Wallach, Aldo Giuffrè, Rada Rassimov, Mario Brega, Luigi Pistilli, Aldo Sambrell, Enzo Petito, Claudio Scarchilli, Al Mulock, John Bartha, Livio Lorenzon, Antonio Molino Rojo, Sandro Scarchilli, Chelo Alonso
Productora
Coproducción Italia-España-Alemania del Oeste; Produzioni Europee Associati (PEA) / Arturo González P.C. / Constantin Film Produktion

Dicen que en este mundo hay dos clases de personas: los que disfrutan con un buen western y los que no saben de cine. Dentro del western, la figura de Sergio Leone es imprescindible, a pesar de que su obra se etiquete como “spaguetti-western”. Tanto como John Ford, Howard Hawks, Anthony Mann o Sam Peckinpah. Su trilogía del dólar, también conocida como la del hombre sin nombre, por el personaje que Clint Eastwood, y ‘Hasta que llegó su Hora’ son cuatro de los títulos más importantes del género por excelencia del séptimo arte, dormido cómodamente en los dorados laureles, a pesar de exitosos títulos como ‘Sin Perdón’ (4 Oscars, entre ellos mejor película y director), del propio Eastwood, o recientemente el remake de ‘El Tren de las 3:10’, de James Mangold, que fue número uno en la taquilla de EE.UU.

‘El Bueno, el Feo y el Malo’ (‘Il buono, il brutto, il cattivo’, 1966) es la tercera parte de la mencionada trilogía (no argumental), tras ‘Por un Puñado de Dólares’ (‘Per un pugno di dollari’, 1964) y ‘La Muerte Tenía un Precio’ (‘Per qualche dollaro in più’, 1965), pero en valoración generalmente se la coloca la primera. En Imdb está considerada como la sexta mejor película de todos los tiempos, lo que sólo quiere decir que es un título tremendamente popular. Y eso a pesar de su extensa duración (excesiva a todas luces, pero es Leone) y de que el western parece ya algo del pasado, un tesoro enterrado que no interesa a las gentes modernas. Quizá un par de buenos remakes más hagan cambiar de idea a los vagos productores de Hollywood; como el propio Leone demostró, no se requiere una gran inversión para obtener un espectacular resultado.

El rubio (o el bueno) y Tuco (o el feo) son dos timadores que se aprovechan de las recompensas que en diferentes pueblos dan por la entrega de Tuco; el primero entrega al segundo, cobra el dinero y luego, a la hora de la ejecución, lo libera. El rubio decide romper la “sociedad”, pero Tuco no está de acuerdo y casi va a matar a su ex-compañero cuando, casualmente descubren la existencia de un gran tesoro escondido en un cementerio. De nuevo juntos, pues cada uno oyó una parte del lugar donde el botín está enterrado, tendrán que evitar a Sentencia (o el malo), quien también descubrió la existencia del dinero y hará lo que sea para encontrarlo.

Las dos horas y media de duración hacen de ‘El Bueno, el Feo y el Malo’ una auténtica gozada, de principio a fin, para todo aficionado al western. Eso sí, elige un asiento realmente cómodo y prepara un buen surtido de comida y bebida, porque si no puede pasarte como al rubio en el desierto. La estructura del guión hace que la película puede verse como un “greatest hits” de las mejores situaciones que un western puede ofrecer. Casi parece que estemos ante una serie de breves episodios, que comienzan y terminan, aunque con una misión de fondo que los une y que será la que se resuelva al final del todo, cuando los destinos de los tres protagonistas se crucen y sólo uno pueda llevarse el botín. Como suele ocurrir en este género, la trama es sencilla, sólo es una excusa para desarrollar una serie de conflictos protagonizados por pistoleros en un paisaje desértico, reflejo de esas vidas que pueden acabar en cuestión de un segundo.

Pero una pistola y un sombrero no hacen a un pistolero. No al menos a uno que contribuya a crear un buen western. La interpretación, la presencia y el carisma de los actores son tan importantes como la forma en que están escritos y la visión del director, que debe saber aprovechar todos los recursos que el género ofrece, creados, desarrollados y perfeccionados a lo largo de décadas de obras maestras del cine. Sergio Leone entendió las reglas y las hizo suyas, revitalizando el western a partir de un estilo propio, absolutamente reconocible. A su éxito contribuyó, y de qué manera, Ennio Morricone, el genial compositor que por fin recibió un Oscar como homenaje a todo su trabajo. Es imposible separar las imágenes de la música de Morricone, todo está integrado a la perfección gracias a la destreza de un director como Leone; la secuencia del duelo final debería ser estudiada en todas las escuelas de cine, un prodigio de montaje. No es lo único, desde luego, para muestra el comienzo de la película, donde Leone no tiene que recurrir a los diálogos durante muchos minutos; y queda perfecto.

El bueno, el feo y el malo son Clint Eastwood, Eli Wallach y Lee Van Cleef. Unos carismáticos personajes que se ajustan a los cánones pero que pueden moverse con total libertad, según lo requiera el momento; sólo el malo se mantiene más pegado a su condición, pero el bueno y el feo sólo buscan su propio beneficio, sólo quieren sobrevivir a costa de los demás (parece que no tengan otra salida). Así, aunque ‘El Bueno, el Feo y el Malo’ es, globalmente, una triste visión de la vida de unos hombres destinados a morir por un (gran) puñado de dólares o una guerra absurda (la de secesión, en este caso), salpicada por abundantes escenas de acción, Sergio Leone no deja de lado ni la comedia ni el drama de telenovela. La secuencia de Tuco y su hermano son, integradas en el puzzle, de las que engrandecen la película, aunque no deje de ser un pegote que, separado del resto, podría pertenecer a cualquier melodrama de sobremesa.
De los tres protagonistas, hay que destacar especialmente a “el feo”, interpretado por Wallach, que realiza un trabajo memorable. Él pone todo el humor de la película y aunque su personaje sea despreciable, uno no quiere nunca su desgracia, especialmente al final, en esa escena tan angustiosa que se hace eterna (y está perfecta así, porque es así como Leone nos mantiene con los ojos como platos, pendientes de la pantalla). Eastwood repite el personaje de las dos películas anteriores, un tranquilo, casi inexpresivo, cazarrecompensas de extraordinaria habilidad con el revólver; es el particular héroe de Leone, un héroe que, igual que todos los demás, sólo busca su propio beneficio, y si para ello tiene que dejar un río de sangre, pues así será. Van Cleef vuelve con Leone, pero esta vez para aprovechar su físico, idóneo para encarnar a un villano, el más “malo” de la historia, presentado maravillosamente en los primeros minutos del film, asesinando a sangre fría y llevándose todo el dinero que le ponen por delante.
Rodada en Almería y Burgos, con un presupuesto de poco más de un millón de dólares, ‘El Bueno, el Feo y el Malo’ se ha convertido en uno de los títulos más emblemáticos de la Historia del cine. Se trata de la película más popular de Sergio Leone, y sin duda es una de las obras maestras del western. Superior, por ambición, a las dos anteriores de la trilogía del dólar; afortunadamente no hay que quedarse con ninguna, sino disfrutar con todas. Con el problema del caballo de Eastwood en la primera, con la música del reloj en la segunda y con “il triello” en la tercera, por mencionar sólo algunos de los momentos más memorables de las tres obras de

Durante dos meses del caluroso verano de 1966, la Sierra de la Demanda se convirtió en parte de los Estados Unidos. Esta pacífica y temporal anexión fue obra de un curioso director de cine italiano, Sergio Leone, que encontró en la Peña de Villanueva y en el Valle del Arlanza los escenarios idóneos para rodar la tercer entrega de una serie de films, conocida en principio como ‘la trilogía de los dólares’. La película que Leone rodó en la Sierra de la Demanda fue ‘El Bueno, el Feo y el Malo’ y hoy figura en la historia del cine como obra antológica del denominado spaghetti western.
Heredero del cine japonés. El primer spaghetti western que realizó Sergio Leone fue ‘Por un puñado de dólares’ (1964). El largometraje no era sino una versión en clave western del film nipón ‘Yojimbo’ (Akira Kurosawa, 1961). (Curiosamente, fue un crítico japonés quien acuñó el celebérrimo término spaghetti western para definir este subgénero.) ‘Por un puñado de dólares’ y su secuela ‘La muerte tenía un precio, de 1965, fueron rodadas íntegras en el desierto de Almería. Recreando así los escenarios del Oeste americano, ambas películas se desarrollan en un tono grandilocuente y lento, con grandes silencios, mucho polvo, primerísimos planos y explosiones de violencia desaforada.

AL OESTE DE LA DEMANDA

Leone repite esta fórmula narrativa, de excelente resultado comercial, en la tercera entrega, ‘El Bueno, el Feo y el Malo’. Pero ahora dispone de más medios y decide buscar nuevos horizontes. Aunque la película entremezclará en el montaje final tomas rodadas en Andalucía, las formaciones rocosas de la zona suroeste de la Sierra de la Demanda y el río Arlanza cautivan de tal manera al cineasta romano que se convierten en escenario de las andanzas de El Rubio (Clint Eastwood), Tuco (Eli Wallach), y Sentencia (Lee Van Cleef).
Entre Salas y Covarrubias. Tanto el elenco artístico de la película como los numerosos técnicos se reparten por los establecimientos hosteleros de Salas de los Infantes y Covarrubias, causando el lógico revuelo entre vecinos y veraneantes. El rodaje avanza sin más contratiempo que algún que otro ligero encontronazo de Van Cleef con el brandy de Jerez. No obstante, quienes trataron al actor norteamericano –un rostro clásico en la galería de villanos cinematográficos, fallecido de cáncer en 1989–, recuerdan su naturaleza amable y educada. Clint Eastwood ya era por aquel entonces el más solicitado. Discreto y refractario a la vida de estrella de cine, el actor siempre ha mantenido una cómoda distancia entre su faceta pública y su universo privado.

UN FILM ANTOLÓGICO

Muchos extras necesitó Leone para su película, que fueron reclutados entre los mozos de la zona. Éstos, a cambio de una estimable gratificación, se enfundaron disciplinadamente el uniforme azul de los yanquis, o bien el gris de los sudistas, y mataron o murieron con entusiasmo a las órdenes del director italiano. El film narra las aventuras de tres pícaros en la Guerra de Secesión norteamericana, que tratan de localizar un tesoro escondido en la tumba de un curioso cementerio circular, de cuya existencia han tenido noticia por diferentes circunstancias.
Una de las razones fundamentales que obligan a considerar esta película como antológica en su género es la soberbia banda sonora que firma Ennio Morricone. Al archifamoso tema principal hay que sumar el inolvidable ‘Éxtasis del oro’, que acompaña la escena del duelo (triello, porque es entre tres personajes) en el cementerio de Sad Hill.
Secuencias rodadas en la zona. Llama la atención el pasaje de la Misión de San Antonio. Los exteriores de esta secuencia se rodaron en Almería, en tanto que las tomas interiores se obtienen en la zona este de las ruinas del Monasterio de San Pedro de Arlanza. En la mesa de montaje se fundirán ambas. La acción nos muestra la llegada de Tuco con El Rubio (malherido), a la misión de San Antonio tras su travesía por el desierto. Aquí se encontrará con su hermano, el Padre Ramírez.
Para rodar la escena que transcurre en el campamento-prisión nordista de Batterville se construyó un imponente fuerte de 14.000 metros cuadrados al oeste del pueblo de Carazo. En esta escena se necesitó el concurso de numerosos extras. Militares con guarnición en Burgos engrosaron el contingente de figurantes ‘locales’. Tuco y El Rubio (sudistas), son detenidos por los yanquis y trasladados a este campamento-prisión. Aquí se encuentran con Sentencia (Lee Van Cleef), quien tortura a Tuco para averiguar el nombre del cementerio donse se hallan los dólares.

BATALLA DEL PUENTE LANGSTON

Otro pasaje soberbio de la película es la batalla del puente de Langston. Se trata de una secuencia en la que Tuco y El Rubio llegan a un puente por cuyo control sudistas y yanquis libran una aparatosa batalla. Para librarse de unos y otros, los dos compinches colocan explosivos en la estructura y lo hacen saltar en pedazos. Sergio Leone no regateó esfuerzos para conseguir la toma y colocó las cámaras en la margen derecha del Arlanza (no muy lejos del Monasterio de San Pedro), donde también situó al ejército nordista. Hubo que construir una presa provisional para dar al Arlanza, que en esa época del año baja bastante escaso de nivel, un aspecto más caudaloso. Con todo –y todos– en su sitio, se procedió a la espectacular voladura del puente, pero hubo un ‘pequeño’ error: las cámaras no estaban grabando en el momento de la explosión. Más de un mes de trabajo literalmente volatilizado y a empezar de nuevo. Se construyó en tiempo récord un segundo puente y, esta vez sí, la toma salió perfecta.

DUELO EN SAD HILL

Y así llegamos a la escena cumbre, la lucha final de los tres protagonistas en el cementerio circular de Sad Hill. Tuco descubre el cementerio y corre en busca de la tumba de Arch Stanton, donde cree que están escondidos los dólares, pero el dinero no está en esa sepultura. Más tarde llegan al mismo lugar El Rubio y Sentencia. El Rubio escribe en una piedra el nombre de la tumba donde está el botín y la coloca en medio del círculo empedrado. Llega el momento culminante de la película...

Del puñado al millón de dólares. A los espectadores europeos les encantó la película, pero en América no pudo estrenarse hasta 1969 debido a un problema de derechos legales. Finalmente, la United Artist decidió distribuir la trilogía de Leone y el éxito de taquilla fue clamoroso. Esto generó una serie de secuelas de baja calidad que contribuyeron eficazmente a que los críticos ‘serios’ pusieran la etiqueta ‘Material de desecho’ en todas las cintas spaghetti western, trilogía de Leone incluida. Pero no tuvo que pasar mucho tiempo para que esos mismos críticos se apercibieran de que dentro del spaghetti western sólo hay dos categorías: el cine de Sergio Leone, que es bueno, y todo lo demás. Así que, con la misma celeridad, la obra del antiguo ayudante de Vittorio de Sica y de William Wyler pasó a ocupar el lugar que en justicia merece dentro de la historia del séptimo arte.
Sergio Leone murió en su casa de Roma a consecuencia de un infarto el 30 de abril de 1989, a la edad de 60 años.

jueves

TRES HOMBRES BUENOS


Tres hombres buenos
1963
España-Italia
Director: Joaquín Romero Marchent
Guión: Jose Mallorquí
Fotografía: Rafael Pacheco
Música: Manuel Parada

Reparto:
Geoffrey Horne, Paul Piaget, Fernando Sancho, Robert Hundar, Massimo Carocci, Cristina Gaioni, Giuseppe Addobatti, Raf Baldassarre, Aldo Sambrell, Rosa del Río, Antonio Gradoli, José Jaspe, Donatella Marrosu, Turia Nelson, Jesús Tordesillas, Simón Arriaga, Jesús Guzmán

SINOPSIS: La mujer de Don César Guzmán, un hacendado de origen español, es asesinada por un grupo de bandidos que, además, le roban el dinero que tenía depositado en su caja fuerte. A partir de ese momento el objeto de la vida del hacendado lo constituirá la venganza, para la que contará con dos pistas, un alfiler que arrancó su mujer al asesino antes de morir y la herradura perdida por uno de los caballos de los bandoleros; así como, con la desinteresada ayuda de dos pistoleros, el portugués Joao de Silveira y el mejicano Diego Abriles.

Coproducción italo-española de 1963 en la que intervinieron tres nombres capitales para el nacimiento del western europeo: el productor Eduardo Manzanos Brochero, el escritor y guionista José Mallorquí y el director Joaquín Luis Romero Marchent, que ya habían colaborado en el primitivo díptico sobre personaje creado por Mallorquí, “El Coyote” (“El Coyote” de 1955 y “La justicia del Coyote” de 1956); para embarcarse en 1962 en la adaptación al cine de otro héroe popular de origen hispano, “El Zorro” creado por Johnston McCullen, en otros dos filmes “La venganza del Zorro” y “Cabalgando hacia la muerte”. En esta última se incorporó al terceto como productor el abogado Alberto Grimaldi, otro personaje fundamental para el desarrollo del euro-western.

Animados por la acogida, sobre todo en Italia, de las aventuras del Zorro el cuarteto decide realizar otro western para lo que adaptarán de nuevo unos personajes creados por Mallorquí, bajo el seudónimo de Amadeo Conde, con anterioridad a “El Coyote” y como encargo de la Editorial Molino para competir con el personaje de “Pete Rice”, en la serie de marcado carácter hispánico Tres hombres buenos, de la que se editaron catorce títulos entre 1942 y 1947, con ilustraciones, entre otros, del prestigioso Carlos Freixas.

La película, por tanto, pivota en torno al argumento de la venganza, uno de los temas más desarrollados por los westerns hechos en Europa, incluso por el propio director en sus dos mejores westerns (la estupenda y comentada en este blog “Condenados a vivir” no creo que se pueda considerar así) pero sin la hondura y profundidad con la que fue tratada en los mismos. Así, en la también comentada en este blog “El sabor de la venganza” (1963), Romero Marchent nos mostraba en la fabulosa escena final cómo ésta sólo genera muerte y dolor, y en “Antes llega la muerte” (1964), que también cuenta con su correspondiente entrada, el personaje de Ringo se embarcaba en un viaje físico y espiritual, en el que el perdón jugaba un papel básico, que le transformaba profundamente y, en cierta forma, le redimía convirtiéndole en un hombre nuevo, como quedaba puesto de manifiesto en una bellísima escena en la que ofrecía agua de su cantimplora a aquél que herido de muerte había sido hasta ese momento el objeto de su venganza. Sin embargo, y a diferencia de estas películas, el largometraje que nos ocupa carece de cualquier consideración moral en torno a la venganza y el protagonista actúa de forma monolítica (muy avanzado el filme, ante la pregunta de una vecina acerca de la posibilidad de que perdone a los asesinos de su mujer, él sin dudarlo responde “Nunca, ni aún después de muertos los perdonaré”).

Pero, para mí, el principal problema no radica en esta falta de consideraciones morales sino en la irregularidad del filme, que cuenta con un comienzo vertiginoso en el que asistimos al asesinato de la mujer del protagonista, al ajusticiamiento por parte del héroe de tres de los participantes en el luctuoso acontecimiento, a su encuentro con el portugués, al enterramiento de su mujer y al enfrentamiento de César con otro de los bandidos; para a partir de ese momento, que coincide con la aparición de Diego, la película hacerse más dispersa, abandonar durante gran parte del metraje el tema principal centrándose en otra subtrama basada en la corrupción existente en Fuente Cedros y dar mayor protagonismo a la relación amor-odio existente entre Joao y Diego, con lo que el desarrollo de la historia y el ritmo de la película se resienten notablemente.

Por el contrario, como aspecto positivo tenemos la más que correcta y clásica labor del director que consigue escenas bastante notables como aquella con la que se inicia la película mediante un bello y largo travelling a lo largo de una tapia, la del cementerio con un precioso contrapicados desde la tumba enfocando al desconsolado héroe o el enfrentamiento final entre Diego y el sicario McCoy en la oficina del sheriff que se produce fuera de campo con lo que consigue un momento de gran suspense hasta conocer el resultado del mismo. No obstante en su debe, para mí, debe anotarse esa tendencia excesiva hacia el melodrama con escenas que no aportan demasiado al filme y rompen el ritmo de la película como en la que Don César vuelve a su hacienda vacía y recorre desconsoladamente las distintas habitaciones de la misma, secuencia orquestada, además, con un tema excesivamente trágico.

Por otra parte el espíritu clásico del filme, apuntado en la dirección, queda también patente en algunas referencias a westerns estadounidenses. Así, no creo que sea casualidad que los bandidos sean siete, número mágico para el aficionado al western desde que John Sturges hizo cabalgar en 1959 a sus magníficos; mientras que la escena en la que vemos pasar los años mientras Don César y Joao buscan a los asesinos de la esposa del primero por unos paisajes nevados me recordó a otra muy similar de “Centauros del desierto” (John Ford, 1956). Incluso la estructura circular del largometraje, al comenzar y finalizar en la misma localidad, también recuerda a la mencionada obra maestra, aunque este hecho no sé si se debió a la necesidad de convertir la obligación en virtud ante el escaso presupuesto con el que se contó, como se aprecia en las escasas localizaciones y en la pobre ambientación de la película.

Otro aliciente del largometraje lo constituye el elenco actoral, puesto que salvo en el caso del protagonista, el soso actor argentino Geofrey Horne que tuvo su momento de gloria al formar parte en 1957, junto a William Holden y Jack Hawkins, del comando encargado de volar “El puente sobre el Río Kwai” en la grandiosa superproducción de David Lean, forman parte del reparto interpretes cuyos rostros se harían muy familiares para los aficionados a este subgénero. Así, como los amigos de Don César Guzmán nos encontramos por una parte a Paul Piaget, una especie de Charlton Heston europeo pero sin el carisma y el talento de éste que rodaría siete westerns en apenas cuatro años para después desaparecer, dando vida al curioso, por ser una figura de nacionalidad extraña para un western, pistolero portugués Joao de Silveira, el típico aventurero romántico, de nuevo recuerda a algún personaje de “Los siete magníficos”, que ayudará desinteresadamente a Don César porque según sus propias palabras “sin riesgo en la vida no merece la pena vivir”; mientras que el gran Fernando Sancho, uno de los iconos indiscutibles del western hecho en Europa, encarna al mejicano Diego Abriles, un personaje que repetirá en decenas de spaghettis y que se caracterizaría por su personalidad expansiva y dicharachera, además de presentárnoslo aquí como un individuo enamoradizo y, al igual que el portugués, muy celoso de su honor lo que le lleva a estar dispuesto en todo momento a batirse en duelo.

Como personajes negativos nos encontramos al “marchentiano” Robert Hundar, en realidad Claudio Undari, que con el paso del tiempo se convertiría en uno de los grandes malvados de este subgénero, interpretando en esta ocasión al pérfido pistolero McCoy, el cual presenta muchas características con el personaje al que daría vida al año siguiente en la también comentada en este blog “Brandy”, puesto que pone sus revólveres al servicio del alcalde corrupto y viste totalmente de negro; además de en pequeños papeles a Raf Baldassarre como el corrupto ayudante del sheriff de Fuente Cedros y a Lorenzo Robledo como uno de los bandidos. Por supuesto no puedo dejar de citar a un insólito, por aparecer afeitado, Aldo Sambrell, figura casi indispensable del euro-western, en su debut en este subgénero en un papel, ¡cómo no!, de villano.

Por último, y en relación tanto con los personajes como con la ambientación del largometraje, cabe señalar otra característica de los filmes de esta primera etapa en los que intervino Mallorquí consistente en el peso del elemento hispano. Así, la película se desarrolla en un pueblo fronterizo y dos de los principales personajes son hispanos: Don César, un californiano de origen español, y Abriles, un mejicano bebedor de tequila y no de whisky, que, además, son los personajes positivos frente a los negativos (McCoy, el alcalde Hopkins, Bannon), todos ellos de ascendencia anglosajona (incluso el honrado sheriff de Fuente Cedros que renuncia a su cargo para no encarcelar a los héroes se llama José María y el único hacendado que apoya a Don César es don Julio Benavente).

Como curiosidad relacionada con los primeros westerns rodados en España, comentaros que en el díptico sobre “El Coyote” y, por lo menos, en uno de los dos filmes sobre “El Zorro” participó como guionista el posteriormente director de culto Jesús Franco. En definitiva, un correcto western cuyo mayor hándicap es su exiguo presupuesto pero con un valor histórico indudable, por lo que lo recomiendo, sobre todo, para aquellos aficionados especialmente interesados en el inicio de la andadura del western hecho en Europa.

JOAQUIN LUIS ROMERO MARCHENT

Joaquín Luis Romero Marchent (Madrid, España, 26 de agosto de 1921) es posiblemente el primer director español que dirigió westerns en España, así que podemos decir que es el precursor de lo que después se llamó el spaghetti western, junto con Sergio Leone, claro. Aunque si le preguntamos al propio Romero Marchent, fue él el que se inventó el subgénero, pero eso ya es para otro tema. Su hermano Rafael también dirigió spaghettis.

Entre el 55 y el 62 dirigió cuatro películas del Coyote, nuestra visión del Zorro a la española, que no son realmente westerns, pero se acercan bastantes al genero. En el 63 nos presenta "Tres hombres buenos" y "El sabor de la venganza", que ya si podemos decir que son los inicios de los spaghetti westerns. En el 64 crea su mejor película, "Antes llega la muerte". En los siguientes años rueda un puñado mas de películas del genero, aunque ya el nivel es algo menor, abandonando el genero en el 67. Como colofón, en el 71 rueda una historia de terror ambientada en el oeste, que no se sabe bien si es SW o no, pero que ahí está.

Hay que indicar que pese a ser de los primeros de rodar las llamadas película "del oeste" en España, su forma de rodar era mas cercana a los clásicos americanos que a Leone. Pero se merece su parte de gloria en nuestro amado genero. El 17-8-2012 moría en Madrid a los 91 años.

Filmografia SW:

* 1955 - El Coyote
* 1955 - La justicia del Coyote
* 1961 - La venganza del Zorro
* 1962 - Cabalgando hacia la muerte (L'ombra di Zorro)
* 1963 - Tres hombres buenos
* 1963 - El sabor de la venganza (I tre spietati)
* 1964 - Antes llega la muerte (I sette del Texas)
* 1965 - Aventuras del oeste (Sette ore di fuoco)
* 1965 - La muerte cumple condena (Cento mila dollari per Lassiter)
* 1966 - El aventurero de Guaynas (Gringo, getta il fucile)
* 1967 - Fedra West (Io non perdono... uccido)
* 1971 - Condenados a vivir (Cut Throats Nine)


viernes

UN HOMBRE LLAMADO NOON


Un hombre llamado Noon
1973
España/ Italia/ Reino Unido
Director: Peter Collinson
Guión: Louis L'Amour, Scott Finch, Antonio Recoder
Fotografía: John Cabrera
Música: Luis Bacalov

Reparto:
Richard Crenna, Stephen Boyd, Rosanna Schiaffino, Farley Granger, Patty Shepard, Ángel del Pozo, Howard Ross, Aldo Sambrell, José Jaspe, Charlie Bravo, Ricardo Palacios, Fernando Hilbeck, José Canalejas, Julián Ugarte, Adolfo Thous, Barta Barri, Cesar Burner, Bruce M. Fischer, Manuel de Blas

Un individuo es tiroteado y herido en la cabeza. Como consecuencia de ello pierde la memoria, por lo que a partir de ese momento, y ayudado por un simpático bandido, intentará descubrir quién es y por qué le quisieron matar. A medida que avancen sus investigaciones irán aumentando sus sospechas de que en realidad es un temible pistolero llamado Noon.

Curiosa y, para mí, fallida coproducción entre España, Italia y Reino Unido dirigida en 1973 por el prematuramente desaparecido Peter Collinson (realizador británico en cuyo haber se encuentran películas tan conocidas como “Un trabajo en Italia” objeto de un remake protagonizado por Mark Whalberg en 2003 y una versión de “Diez negritos” plagada de estrellas internacionales como Orson Welles y Oliver Reed) y, de nuevo, basada en una obra de Louis L’Amour (prolífico autor de novelas del oeste que ha sido llevado a la gran pantalla con cierta asiduidad: “Hondo”, “Colinas ardientes”, “Kid Rodelo”, “Shalako”, “Catlow”).

La película cuenta con algunos aspectos novedosos que son de agradecer máxime si se tiene en cuenta que en su fecha de realización el spaghetti estaba dando sus últimas bocanadas. Así nos encontramos con una historia más propia del cine de suspense, que nos presenta a un individuo en busca de su identidad, que del western; por lo que al contrario de la mayoría de los spaghettis se va a dar mayor importancia al desarrollo de la trama que a la acción en sí. De hecho, aparte del enfrentamiento final, sólo hay un tiroteo a lo largo del film (el que tiene lugar en la fortaleza en donde se rodó “Una razón para vivir y otra para morir”).

La atmósfera también más propia del thriller o, incluso, del cine de terror que se despide de varias escenas, como el interesante inicio del film mientras vemos los títulos de crédito o la aparición de Patty Shepard que parece un ser de ultratumba, y la proliferación de escenas nocturnas que acentúan la sensación de peligro, aunque se nota que fueron rodadas a pleno día con utilización de filtros de color azul, recurso que personalmente no me gusta.
Además en su haber creo que cuenta con una buena y variada banda sonora de Luis Bacalov en la que destacan un tema melódico deudor de Ennio Morricone, otro más épico que recuerda a ciertos trabajos del gran Elmer Bernstein y otros que sirven para acentuar esa atmósfera de misterio, y con abundantes localizaciones gracias a un presupuesto más holgado (curiosamente los eurowesterns británicos que he visto como los nombrados “Shalako” y “Catlow”, también producidas por Euan Lloyd, o “Caza implacable” y “Hannie Caulder”, se caracterizan por este hecho) lo que le permite al director rodar en variados exteriores. Pero la película falla en lo principal: el guión, la dirección y el actor principal.

En primer lugar el guión obra de Scott Finch (un especialista en adaptar novelas de L’Amour) es bastante retorcido y a medida que se desarrolla la historia se embarulla cada vez más con distintos giros y sorpresas como el de la verdadera personalidad del pistolero amnésico o el botín de 250.000 escondido en el rancho. Además creo que cuenta con ciertas incoherencias pero no podría afirmarlo porque en algún momento de la película me llegué a perder. Y a todo ello hay que añadir un torpe desarrollo de la trama con abundantes tiempos muertos o la existencia de ciertas situaciones ridículas o tópicas como por ejemplo la forma en que recobra el protagonista la memoria.

En cuanto a la dirección de Collinson cabe señalar que formalmente es correcta, incluso se aprecia una cierta preocupación por el encuadre y la composición de las escenas, y se aleja de los caminos más trillados del spaghetti (creo que no hay ningún zoom y tampoco aparecen los típicos planos cortos alargados hasta la extenuación) pero no consigue dotar al film, salvo en escenas puntuales, de la tensión requerida, por lo que éste termina siendo, por lo menos para mí, bastante aburrido; además de apreciarse en el tiroteo final, rodado de forma vulgar, que este género no era lo suyo. Por lo que respecta a Richard Crenna, actor que en su tercera incursión en este subgénero da vida a Noon, muestra que era un profesional demasiado limitado para dar vida a personajes tan complejos como éste, siendo incapaz de transmitir los sentimientos de Noon a medida que va descubriendo la verdad.

Respecto al resto del reparto, de carácter internacional, nos encontramos con el irlandés Stephen Boyd (nominado al Oscar por su papel de Messala en Ben-Hur) que es de lo mejor de la película en su rol de Rimes, el bandido que ayudará a Noon aunque no sabremos las razones (el mismo le dice que le ayuda porque “Soy bueno por naturaleza”); con la italiana Rosanna Schiaffino, bastante convincente como Fan Davidge dueña del rancho Rafter D. que se ha convertido en el refugio de los bandidos (aquí el paralelismo con “Encubridora” es evidente, aunque en el magnífico western de Lang Marlene Dietrich era la líder, mientras que aquí Fan está presa en su propio rancho); la española Patty Shepard, un tanto excesiva, en el papel de la enloquecida, violenta y ambiciosa Peg que me recordó al papel de Mercedes McCambridge en “Johnny Guitar” (incluso hay un enfrentamiento al final entre ambas mujeres aunque con peores resultados que en el film de Nicholas Ray) y al norteamericano Farley Granger (actor que llegó a rodar bajo la dirección de Hitchcock o del citado Ray) que, en plena decadencia artística, da vida a un patético, ridículo y ambicioso juez. Junto a ellos, en papeles escasamente relevantes, algunos habituales como Aldo Sambrell, José Canalejas o Ricardo Palacios.

RICHARD CRENNA

Actor, director televisivo y ocasional productor estadounidense (1926 California-2003 California) cuyo verdadero nombre era Richard Donald Crenna y que también utilizó los nombres de Dick Crenna (para sus trabajos como director televisivo) y Richard McKenna. Nacido en una familia humilde de origen italiano con tan sólo once años comenzará a participar en programas para la radio y en 1951 debuta en el cine con la película “Let’s dance” típico musical protagonizado por Fred Astaire. La década de los cincuenta y los primeros años de la de los sesenta vendrán marcados por su participación en dos series televisivas de gran éxito: “Our Miss Brooks” en la que durante 90 episodios interpretará a Walter Denton personaje del que no podrá escapar totalmente (durante los años ochenta y noventa imitó en varias entrevistas de radio la peculiar voz del personaje y en el largometraje de 1993 “Hot shots 2” interpretó al coronel Walter Denton) y la mítica “The real McCoys” historia de una peculiar familia que se mudaba de Virginia a California, en la que encarnó, durante 163 episodios y de 1957 a 1963, a Luke el nieto mayor del patriarca Amos, magistralmente interpretado por Walter Brennan.

Durante la segunda mitad de los sesenta participa en largometrajes de gran éxito como “El Yang-Tsé en llamas” drama bélico ambientado en la convulsa China de 1925 dirigida por Robert Wise y protagonizada por Steve McQueen y Candice Bergen, “Sola en la oscuridad” estupendo thriller de Terence Young con Audrey Hepburn, “Star” biografía de la actriz Gertrude Lawrence dirigida por Robert Wise y protagonizada por Julie Andrews o “Atrapados en el espacio” superproducción de ciencia ficción realizada por John Sturges que contó con un gran elenco encabezado por Gregory Peck, Gene Hackman y David Janssen. Se incorporó tardíamente al spaghetti western con la coproducción italo-israelí-estadounidense dirigida en 1971 por Burt Kennedy “La Quebrada del Diablo”, para protagonizar otros dos eurowestern entre 1971 y 1973.

Durante esta década sigue trabajando a buen ritmo alternando papeles para la gran pantalla con sus numerosas apariciones en series de televisión como “Centennial”, clásica epopeya que adaptaba una novela río de James Michener sobre la conquista del oeste o “Double indemnity”, remake para la pequeña pantalla de la soberbia “Perdición”, en la que encarnaba al personaje que en su día dio vida Fred McMurray. En la década de los ochenta participará en el gran thriller con aroma a cine negro clásico de Lawrence Kasdan “Fuego en el cuerpo” que lanzó al estrellato a Katleen Turner y William Hurt y encarnará a dos de sus personajes más populares: el coronel Samuel Trautman en la infravalorada “Acorralado” junto a Silvester Stallone, personaje que volverá a interpretar en las inferiores “Rambo” y “Rambo III”; y el detective Frank Janek con el que protagonizará siete películas para televisión entre 1985 y 1994.

Durante la década de los noventa, y hasta el año de su fallecimiento a causa de un cáncer de páncreas, continúa trabajando centrando su carrera en la pequeña pantalla aunque también aparece en largometrajes como “Jade” (1991) película de suspense dirigida por William Friedkin y con guión Joe Esterzhas (guionista muy popular en esa década gracias a “Instinto básico”) o “Sabrina y sus amores” (1995) remake de la comedia de Billy Wilder realizado por Sidney Pollack, siendo su última aparición en la película para la televisión “Out of the ashes”. En total participó en más de ciento diez películas como actor y doce como director, y cuenta con una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood.

Filmografía SW:

1971- La Quebrada del Diablo
1971- Catlow (El oro de nadie)
1973- Un hombre llamado Noon

HASTA QUE LLEGO SU HORA


HASTA QUE LLEGO SU HORA (C'ERA UNA VOLTA IL WEST)
1968
Italia/España
Director: Sergio Leone
Argumento : Dario Argento, Bernardo Bertolucci, Sergio Leone
Guión : Sergio Leone, Sergio Donati
Director de Fotografía : Tonino Delli Colli
Música : Ennio Morricone

Intérpretes:
Claudia Cardinale, Charles Bronson, Henry Fonda, Jason Robards, Gabriele Ferzetti, Woody Strode, Jack Elam, Lionel Stander, Paolo Stoppa, Frank Wolff, Marco Zuanelli, Al Mulock, Keenan Wynn, Simonetta Santaniello, Enzo Santaniello, Luigi Ciavarro, John Frederick, Spartaco Conversi, Aldo Berti, Michael Harvey, Antonio Molino Rojo, Benito Stefanelli, Frank Braña, Fabio Testi, Claudio Scarchilli, Aldo Sambrell, Salvo Basile, Bruno Corazzari, Claudio Mancini, Luana Strode, Tullio Palmieri, Renato Pinviroli, Ricardo Palacios, Robert Spafford, Bill Crawley, Francesca Leone, Raffaella Leone, Don Galloway, Livio Andronico, Paolo Figlia, Stefano Imparato, Frank Leslie, Luigi Magnani, Umberto Morsella, Enrico Morsella, Conrado San Martín, Giovanni Ivan Scratuglia, Dino Zamboni, Lorenzo Robledo.

SINOPSIS: Brett McBain, granjero viudo de origen irlandés, vive con sus hijos en una finca levantada sobre el terreno arenoso y desértico del Oeste americano. Allí piensa que será feliz con su segunda y reciente esposa, Jill, que debe llegar desde Nueva Orleans, y a la que prepara un fiesta de bienvenida. Pero antes, una partida de bandoleros acaba con las vidas de Mac y sus hijos. Cuando Jill llega a la hacienda queda impresionada por una matanza que nadie se explica.

Una obra maestra, tanto del Spaghetti western como del cine. Leone demuestra que sabe como volver a reinventarse, y cierra su camino por el western con esta brutal cinta en la que vemos como el progreso acaba con los tiempos de pistoleros montados a caballo. La película esta lleno de momentos brillantes, comenzando con el inicio, con la llegada de el protagonista a la estación, y su enfrentamiento contra los 3 pistoleros. Hay que decir que Leone lo rueda todo jugando con los tiempos, sin prisas en enseñar nada, recreándose en los detalles y en los personajes. Eso ha echo que a muchos no le termine de gustar "Hasta que llegó su hora", ya que se puede hacer demasiado larga, pero es que Leone se permite hacer lo que nadie hace, y es montar a gusto, sin la distribuidora imponiendo ni cortando.
Leone hablando sobre el film afirmó que el ritmo de la película es como los últimos jadeos de un moribundo antes de irse de este mundo, por eso la acción se retrasa o de repente se acelera.
Quizás en cuanto al reparto, Fonda esta sublime en el papel de un temible forajido que ni siquiera pestañea al matar a un niño, en su papel mas oscuro y siniestro. Y también hay que resaltar la insultarte belleza y sensualidad que desprende Claudia Cardinale, en otro gran papel.

La labor de dirección de Sergio Leone me parece de libro o de academia: la planificación de las escenas, los movimientos de cámara (maravillosos travelling, perfecta utilización de la grúa como en la escena en la que Jill llega al pueblo, uso racional del zoom), la combinación de planos cortos con planos largos, etc. Así la peli está plagada de grandes momentos: desde la larga secuencia inicial en la que tres pistoleros esperan la llegada del tren en el que viaja Charles Bronson que está inspirada en la famosa escena del tren de “Solo ante el peligro”; pasando por la presentación de Henry Fonda con la cámara rodeando su rostro hasta que vemos sus ojos azules, fríos como la muerte o el estupendo duelo entre Harmonica y Frank, con una gran labor en el montaje y un magnífico flashback a través del cual conoceremos el motivo de la venganza; hasta ese gran y metafórico final con la muerte de Jason Robards al mismo tiempo que llega el tren; así, como ya hiciese John Ford en “El hombre que mató a Liberty Valance”, Leone nos muestra cómo los personajes de Harmonica, Frank y Cheyenne, que han impuesto hasta ahora su ley a través de las armas, están condenados a desaparecer con la llegada de la civilización y a dejar paso a los educados habitantes del este, representados por el personaje de Jill, que son los que construirán y harán grande al país.

Tan importante como la labor de dirección de Sergio Leone es el trabajo de Ennio Morricone en la composición de la banda sonora (para mí una de las mejores de la historia del western), ya que va a crear un tema para cada personaje principal con el objetivo de que les identifiquemos con su melodía, así la música se convierte en un elemento dramático fundamental.
Tanto la fotografía del habitual en el cine de Passolini Tonino Delli Colli (¡qué bien retratado está el Monument Valley!) como la dirección artística son sobresalientes, beneficiados por un presupuesto nada cicatero. Por último, en cuanto a los actores creo que dieron lo mejor de sí mismos. Henry Fonda crea a uno de los mejores malos que he visto en el cine, Jason Robards está enorme en el papel de romántico y entrañable bandido, Charles Bronson no desentona como el vengativo pistolero lo que en su caso es decir mucho, y Claudia Cardinale, en un papel muy importante inusual en las pelis del oeste, demuestra que, aparte de ser una mujer muy bella, es una estupenda actriz que, tras trabajar con Fellini y Visconti, intentaba introducirse en los EEUU (acababa de rodar “Los profesionales” un gran western de Richard Brooks). Junto a ellos un gran número de estupendos secundarios, tanto europeos como Gabriele Ferzetti o Frank Wolf (éste era norteamericano pero desarrollo su carrera básicamente en Europa), como veteranos norteamericanos: Woody Strode, Jack Elam, Lionel Stander o Keenan Wynn. Además podemos distinguir en papeles muy cortos a varios habituales de los spaghettis entre los que destacan Aldo Sambrell, Fabio Testi o Frank Braña. De esta forma, con el casting, también se está subrayando la idea de combinar clasicismo con modernidad.

HENRY FONDA

Actor estadounidense (1905 Nebraska-1982 California) cuyo verdadero nombre era Henry Jaynes Fonda y patriarca de una saga de intérpretes: sus hijos Jane y Peter y su nieta Bridget. Posee una de las carreras más extensas y exitosas en la historia del cine con más de cien apariciones en la gran pantalla en las que con un estilo sobrio y contenido dotó a sus personajes de una gran profundidad, encarnando como pocos al norteamericano medio. Hijo de un impresor, sus primeros pasos se encaminaron hacia el mundo del periodismo que pronto abandonó por la interpretación teatral (una de sus grandes pasiones que nunca abandonó) primero como aficionado en el teatro de Omaha, dirigido por la madre de Marlon Brando, y, posteriormente, en Broadway con la University Player donde conocerá, entre otros, a James Stewart y Margaret Sullivan.

Tras protagonizar dos exitosas obras de teatro “I love you Wednesday” dirigida por George Cukor y “The farmer takes a wife” dirigida por Elia Kazan, se le abren las puertas de Hollywood y debuta en “Contrastes” (1935), adaptación de Victor Fleming de la última obra de teatro citada. Contratado por la poderosa Twenty Century Fox, durante las dos siguientes décadas se convirtió en uno de los actores más estajanovista de la época, participando en todo tipo de géneros con los más grandes directores: Fritz Lang (“Sólo se vive una vez” y “La venganza de Frank James”, segunda parte de “Tierra de audaces” que también protagonizó junto a Tyrone Power bajo la dirección de Henry King), William Wiler (“Jezabel” junto con la gran Bette Davis en su típico papel de malvada), Preston Sturges (“Las tres noches de Eva” extraordinaria comedia en la que padecía los enredos de Barbara Stanwyck), William Wellman (“Incidente en Ox-Bow” un excepcional western en el que se cuestionaba la ley de Lynch y ofrecía una imagen del oeste poco heroica). Pero es sin duda su colaboración con el genial John Ford la que más le va a marcar, así participara sucesivamente en “El joven Lincoln” (genial biografía de los primeros años como abogado de Lincoln), “Corazones indomables”(estupendo western ambientado en el siglo XVIII), la extraordinaria adaptación de “Las uvas de la ira” en la que dio vida a Tom Joad y por la que fue nominado al Oscar, “Pasión de los fuertes” (recreación bastante libre del duelo en el OK Corral),“El fugitivo” (fallida adaptación de una la gran novela de Graham Greene “El poder y la gloria”) y “Fort Apache” (primera parte de la mítica trilogía sobre la caballería en la que interpretó al Coronel Thrusday un clasista y racista militar trasunto de Custer).

En la siguiente década, liberado del contrato con la Twenty, espació sus apariciones en la gran pantalla; no obstante se le pudo ver en grandes películas como la colosal adaptación de la inmortal obra de Tolstoi “Guerra y paz” realizada por King Vidor, el magnífico thriller basado en un caso real “Falso culpable” de Alfred Hitchcock o los notables westerns “Cazador de forajidos” dirigida por Anthonny Mann y “El hombre de las pistolas de oro” filmada por Edward Dmytryk; además de reservarse el principal papel de “Doce hombres sin piedad”, que también produjo y por la que fue nominado de nuevo al Oscar.

La década de los sesenta supone la de su aparición en grandes superproducciones caracterizadas por sus espectaculares repartos como “Tempestad sobre Whasington” y “Primera victoria” ambas de Otto Preminger, “La conquista del Oeste” (una especie de compendio de los temas tratados en los westerns) o las bélicas “El día más largo” y “La batalla de las Ardenas”; además coprotagonizará notables películas como el duro thriller de Don Siegel “Brigada homicida” con Richard Widmark, que dio lugar a una serie de televisión, “El estrangulador de Boston” dirigida por Richard Fleischer y protagonizada por Tony Curtis y el western paródico “El día de los tramposos” de Joseph L. Mankiewicz junto a Kirk Douglas. En 1968 rodará una de las cumbres del western “Hasta que llegó su hora” en la que, en una gran interpretación, dio vida a Frank uno de los pistoleros más fríos y despiadados, capaz de asesinar a un niño sin pestañear, vistos en un western. Su contribución al spaghetti se completó con su papel de Jack Beauregard en “Mi nombre es ninguno” (1973) film alegórico sobre la muerte del western. En la década de los setenta sus trabajos son cada vez más escasos y menos interesantes (incluso aparece en varias películas de catástrofes tan en boga durante esa época: “Tentáculos”, “El enjambre” o “Meteoro”). En 1980 recibió un Oscar honorífico y, por fin, al año siguiente obtuvo el Oscar al mejor actor por su papel en el film “En el estanque dorado” de Mark Rydell, película que, además, le dio la oportunidad de trabajar junto a su hija Jane.

En 1982 moría de un fallo cardiaco este gran actor del que John Ford a una pregunta de una periodista dijo “¿Usted ha visto caminar a Henry Fonda? Pues eso es el cine”.

Filmografía SW

1968.- Hasta que llegó su hora
1973.- Mi nombre es ninguno.


jueves

15 HORCAS PARA UN ASESINO


Quince horcas para un asesino (Quindici forche per un assassino)
Italia/España
1968
DIRECTOR Nunzio Malasomma
GUIÓN Mario Di Nardo, José Luis Bayona
FOTOGRAFÍA Stelvio Massi
MÚSICA Francesco de Masi

REPARTO
Craig Hill, George Martín, Aldo Sambrell, Tomás Blanco, Eleonora Brown, Andrea Bosic, Howard Ross, José Manuel Martín, Aldo Berti, Frank Braña, Giovanni Ivan Scratuglia, Umberto Raho, Luis Durán, María Montez, Laura Redi, Margarita Lozano, Alvaro de Luna, Ricardo Palacios, Antonio Molino Rojo.

Acusados injustamente por el asesinato de tres mujeres, los miembros de dos bandas rivales se unen para poder sobrevivir a la caza a la que son sometidos por todo el pueblo. Y huyendo llegan hasta un abandonado fuerte, en el que intentaran defenderse de los ataques del grupo que les persigue. Sandy Cassell (George Martin) es el jefe de una banda de ladrones de caballos. Después de su ultimo robo, matan a algunos vaqueros, y eso hace que Bill Mack (Craig Hill), líder de otra banda, se ponga tras su pista por una recompensa que dan por ellos.

Cuando la banda de Casell está durmiendo en el granero de un rancho de una viuda que vive sola con sus dos hijas, es cuando Mack da con ellos. Y le propone a Casell un curioso negocio. Después de que les diga donde vendió los caballos y ellos se lo devuelvan a los dueños, avisara a Casell para que los vuelva a robar. Como el negocio parece redondo, Casell acepta. Pero a la mañana siguiente, y cuando aún las dos bandas siguen en el granero durmiendo, llega el novio de una de las hijas de la dueña del rancho, que primero descubre a las tres mujeres muertas dentro de la casa, y después a los hombres. Decide ir a avisar a el sheriff, y todos los ciudadanos del pueblo se dirigen a detener a los supuestos asesinos.
Estos, al despertarse y ver a las mujeres muertas, comienzan a preguntarse quien ha sido el asesino. Pero entonces aparece el grupo comandado por el sheriff, y pese a que Casell intenta que no huyan, el primer instinto hacen que todos comiencen a hacerlo nada más ver a los hombres del pueblo, comenzando una persecución.

La misma acaba al llegar a un viejo fuerte, en el que se resguardan. Por desgracia los hombres del sheriff no cesaran en sus ataques y pronto los nervios y los más bajos instintos comenzarán a aparecer en los pistoleros acorralados.
Una trama original, sin duda. Con unos apuntes de suspense psicológico, sobre todo en el encierro, que hace que los miembros de ambas bandas comiencen a ponerse nervioso al verse atrapados y sin posibilidad de escapar a la ira de los hombres que están fuera. Una ira que hace que a cada "asesino" al que van matando hasta los cuelguen para que los vean sus compañeros. Es sin dudar también de señalar la actitud de estos pistoleros que supuestamente son el "brazo de la ley", ya que muchas veces a lo largo de la historia son casi igual de crueles que a los hombres a los que persiguen.
Aunque en honor a la verdad, casi todos los personajes son de una moralidad bastante gris tirando a oscura. Hasta el propio Bill Mack, supuesto protagonista de la historia, no duda en robar, secuestrar y hasta matar para lograr sus objetivos, y más si lo que quiere es escapar con vida. Su cara de la otra moneda, Sandy Cassell, aunque tampoco tiene muchos escrúpulos, al comienzo de la historia aún tiene un poco de moralidad. Moralidad que por otro lado irá perdiendo conforme avance la historia.

Ambos actores (Craig Hill y George Martin) son sin duda los mejores de todo el reparto, consiguiendo los dos buenas actuaciones. Aunque tampoco quiero dejar pasar a José Manuel Martín, en un grandisimo papel como un cura con vocación de pistolero, con su ropa ennegrecida, y sobre todo con su biblia siempre a punto para soltar algún sermón. El resto del reparto lo conforman algunos habituales, como Frank Braña, Ricardo Palacios, Tomas Blanco, Aldo Sambrell o Alvaro de Luna.

Sobre la dirección del italiano Nunzio Malasomma, pese a que quizás no resalte, es aceptable, y se le ve que sabia bien como rodar un western de la nueva hornada. Algunos buenos movimientos de cámara le delatan como un hombre de tecnica depurada. Por desgracia, este fue su único spaghetti, y también su ultima película, ya que unos pocos años después moriría. La fotografía y la banda sonora siguen esa linea, y si quizás no son del todo notable, se pueden definir como un trabajo que no estropea el conjunto final. Seguramente en manos de un director con un poco más de talento esta película hubiera sido una verdadera cinta a tener en cuenta y más conocida, pero pese a todo creo que es un titulo cuanto menos original y arriesgado por su historia, y que "15 horcas para un asesino" es una película a recuperar y a reivindicar como un gran pequeño spaghetti.

CRAIG HILL

Craig Hill (nacido el 5 marzo de 1926 en California) comenzó una carrera en el cine americano en los años cincuenta, aunque con un éxito bastante limitado.
Con la llamada del spaghetti western, el actor repitió el camino efectuado por su compatriota Clint Eastwood unos años antes, y en 1965 se trasladó a España para protagonizar "Ocaso de un pistolero", y comenzar así una carrera larga y pragada de títulos en el western mediterraneo.

La mayoría de las veces como protagonista de pequeñas películas, y sin llegar a ser una estrella en toda la plenitud de la palabra, con el paso de los años para muchos ha llegado a ser un referente del spaghetti western, en donde participó en más de una quincena de trabajos. Al terminar la época de rodar westerns, el actor en vez de volver a su país prefirió quedarse a vivir en España, en donde continuó su carrera. Su ultimo trabajo en el cine data del año 2003, en un pequeño papel en "Platillos volantes".

Filmografia SW:

1965-Ocaso de un pistolero
1966-Cazador de recompensas
1967- Ric e Gian alla conquista del West
1967- Con el corazón en la garganta
1968-Quince horcas para un asesino
1968-All'ultimo sangue
1968-Tre croci per non morire
1969-Lo quiero muerto
1971-Tambores de venganza (Il Giorno del giudizio)
1972-Tu fosa será la exacta... amigo
1972-Los buitres cavarán tu fosa /// Reseña Adicional
1972-Bada alla tua pelle, spirito santo!
1972-Scansati... a Trinità arriva Eldorado
1972-Un Animale chiamato uomo
1974-Corte marziale
1975- La Máscara de cuero

GEORGE MARTIN

George Martín era el alias que usaba el actor catalan Francisco Martínez Celeiro (Barcelona-1937), uno de los pocos españoles que llegaron a tener papeles importantes en los westerns mediterraneos, desde villano de la historia hasta protagonista en algunas ocasiones. Martínez fue un gimnasta durante su juventud, llegando a participar con el equipo olímpico nacional. Fue protagonista de forma indirecta cuando un avión en ¿1949?(fecha que no está clara) se estrelló en la sierra de Valdemeca (Cuenca). En él iban algunos gimnastas, y Martínez se libró del terrible accidente porque llegó tarde y perdió el avión.

Con el paso de los años, Martínez comienza su carrera en el cine, al que se acerca sobre todo por su buena planta. Su primer trabajo importante es como sheriff en "Una Pistola para Ringo", aunque ya llevaba un año apareciendo en bastantes westerns. Pronto lo comenzamos a ver como el villano mexicano de las películas, y hasta llega a protagonizar su propio personaje western, Clint el solitario, que llegó hasta a tener segunda parte. Martínez empieza también a ser director y hasta guionista en algunas de sus películas, no se sabe si es que realmente dirigía/escribía o si solo aparecía por una cuestión de las coproducciones.

En 1975, después de dirigirse a si mismo en "Los hijos de Scaramouche", Martinez abandona el cine, y se le pierde la pista. Según las noticias de los últimos años , emigró a USA, comenzando allí otra vida completamente alejada de la que vivió como "George Martín".

Filmografía SW:

1964- Oeste Nevada Joe (Pistoleros en Golden Hill)
1964- Fuera de la ley
1964- Los Rurales de Texas
1964- La Tumba del pistolero
1965- Una pistola para Ringo
1965- El retorno de Ringo
1965- Rebeldes en Canadá
1966- Thompson 1880
1966- Cazador de recompensas
1967- Los profesionales de la muerte
1967- Clint el solitario
1968- Quince Horcas para un asesino
1969- Sonora
1971- Demasiados muertos para Tex (vamos a matar sartana)
1972- El retorno de Clint el solitario
1972- Judas, toma tus monedas
1973- Los Tres superhombres en el Oeste

Filmografía SW como director:

1971-Demasiados muertos para Tex (Vamos a matar sartana)
1973-Los Tres superhombres en el Oeste

viernes

LA MUERTE TENIA UN PRECIO


La muerte tenía un precio (Per qualche dollaro in più)
1965
Italia/España/Alemania
DIRECTOR Sergio Leone
GUIÓN Sergio Leone & Luciano Vincenzoni
MÚSICA Ennio Morricone
FOTOGRAFÍA Massimo Dallamano

REPARTO
Clint Eastwood,Lee Van Cleef, Gian Maria Volonté, Klaus Kinski, Mario Brega, Luigi Pistilli, Roberto Camardiel, Benito Stefanelli, Lorenzo Robledo, Aldo Sambrell, Frank Braña, Mara Krupp, Peter Lee Lawrence, José Terrón, Ricardo Palacios, Enrique Navarro, Werner Abrolat, Natale Nazzareno, Antonio Molino Rojo, José Canalejas, Fernando Sanchez Polack, Jose Halufi, Nazareno Natale, Antonio Pica, Nosher Powell, Jose Riesgo, Jose Ortas, Juan Cortes, Antonio Moreno, Manuel Peña, Daniel Martín, Antonio Ruiz.

Segunda parte de la famosa trilogía. Si en la primera parte Leone comienza a poner las bases de su particular visión del western, y en la tercera aplica todo lo creado, en esta segunda se puede considerar que Leone termina de esculpir a los pistoleros, cazadores de recompensas y bandidos que unos años después poblaría las pantallas de los cines de medio mundo en cientos de spaghetti westerns.
Tras el gran éxito de "Por un puñado de dolares", el director consigue hacerse con un presupuesto mucho más elevado, logrando así poder ampliar los recursos y con ello subiendo el nivel de lo puesto en escena anteriormente.

Clint Eastwood vuelve a repetir en el papel protagonista de la cinta, con el personaje del "Manco". Este personaje se puede afirmar que es realmente el mismo que el que protagonizó "Por un puñado de dolares". Quizás puede ser una nueva aventura de el Hombre sin nombre, pero no se sabe sin antes o después de la anterior. El "Manco" es un espabilado caza-recompensas que no rehuye el enfrentamiento cara a cara con los hombres a los que persigue, y que normalmente esconde su mano derecha debajo de un mugriento poncho hasta el momento de disparar. El Manco es rápido, impulsivo y avaricioso. Buscando más presas, pone su atención en el "Indio", y es entonces cuando se cruza en su camino el Coronel Mortimer. El Coronel Mortimer es también un cazador de recompensas, aunque seguramente le dobla la edad a el Manco. En cambio, Mortimer es frio, calculador e inteligente, y si lleva tantos años en el asunto es porque siempre va por delante de sus presas.
Lee Van Cleef era, al igual que Eastwood, un pequeño actor norteamericano sin mucho éxito, pero que no dudó en acudir a la llamada de Leone, y la verdad es que al actor le salió perfecta la jugada, ya que logró que sus últimos años en el cine fuera considerada una estrella, llegando a protagonizar bastantes spaghetti westerns a lo largo de su carrera. Sin duda, su peculiar rostro le ayudaría bastante.
Su actuación en este su primer western europeo fue de sus mejores trabajos, y logró cautivar a muchos con este personaje. Un personaje que en el siguiente capitulo de la trilogía tuvo continuación, aunque bastante más oscura y con peores fines y propósitos. Y es que, mientras que su aliado perseguía simplemente las recompensas, a lo largo del visionado vamos descubriendo que Mortimer tiene una deuda personal pendiente con el Indio, y que no parará hasta acabar con él.

"Indio" es el villano de la película. Es el líder de una banda de pistoleros enloquecidos, al igual que Indio, el cual normalmente siempre esta drogado y fumado. Su falta de prejuicios es su seña de identidad. Gian Maria Volonté es el actor encargado de poner en pie semejante personaje, y sin duda que consigue trasmitirnos todas las contradicciones y el enloquecido mundo interior del mismo. Y es que, pese a que normalmente el Indio es capaz de matar sin pestañear, lleva años teniendo pesadillas con un hecho que hace que sus remordimientos no le dejen ni dormir.

Con un guión muchisimo más elaborado que en su película anterior, Leone consigue crear una historia lo bastante atractiva como para que el espectador se interese por los personajes, con unos diálogos muy conseguidos entre ellos.
Comienza la película presentándonos a los dos protagonistas, y vemos la forma de "trabajar" de cada uno en su profesión, apreciando bastantes diferencias entre ellos. Después, Leone dirige su mirada hacia una cárcel mexicana de la que el Indio escapa con la ayuda de los hombres de su banda. Este suceso, además de servirnos para conocer a el personaje de Volante, hace que los dos cazarecompensas se interesen por el fugado.
Cuando ambos pistoleros se encuentran, después de un primer enfrentamiento, unen sus fuerzas para poder detener a el Indio y su banda. Para ello, deciden que lo mejor es que el Manco se una a la banda, y así desde dentro poder detenerlos.

Pese a que Leone cuida mucho más el guión, no olvida que lo principal son las escenas de acción, y nos vuelve a mostrar todo su talento para la dirección y sobre todo para el posterior montaje.
Por medio de vibrantes imagenes, Leone consigue darle un ritmo no visto hasta la fecha en los westerns. Además, el director usa planos cortos con una gran maestría, con una fotografía también muy notable.
Leone sigue la misma ambientación que "Por un puñado de dolares", tanto en el tratamiento de los personajes como en los exteriores, con una Almeria más seca que nunca.
La misma violencia y bastantes muertes a mano de tanto los cazarecompensas como de los forajidos se vuelven a ver en el nuevo western de Leone.
Aunque sin duda no podemos olvidar el trabajo de la banda sonora, una música a cargo de el maestro Morricone, que sin duda ayudan a subir el ya de por si alto nivel de las imagenes.
Morricone vuelve a desarrollar toda una colección de inolvidables melodías que ya son parte de la historia del western, e incluso del cine en general.

GIAN MARIA VOLONTE

Gian Maria Volonté, pese a su corto numero de westerns mediterraneos, supo ganarse a la mayoría de los cinéfilos del genero, con unas interpretaciones de un nivel en general muy notables. Nacido en Italia en abril del 1933, Volonté se licenció en Arte Dramatico en Roma en el año 1957. Después de unos primeros trabajos en el teatro, cine y televisión, aceptó formar parte de una peli del oeste de bajo presupuesto rodada en el sur de Andalucía y a las ordenes de un desconocido director, seguramente confiado en que no pasaría de ser un mero trabajo menor. Realmente, nadie esperaba el gran éxito que tuvo aquella película, y lo que le supuso a todos los que trabajaron en ella, Volonté incluido.

Y es que su Ramón Rojo de "Por un puñado de dolares" era de los pocos que podían hacerle algo de sombra al Hombre sin nombre. Volonté sabe darle al personaje lo justo para que no aparezca sobreactuado, pero que nos deje claro la clase de persona que es el líder de la banda de la familia Rojo.

Pero si Volonté firma un gran trabajo en este su primer spaghetti western, su siguiente no desmerece para nada el anterior, incluso se puede considerar como aún mejor, y es que su Indio de "La Muerte tenía un precio", es aún más desquiciado y psicópata que Ramón Rojo, y pese a que la dificultad es más alta, Volonté logra volver a componer una maravilla de villano.

"Yo soy la revolución" vuelve a representarnos a Volonté como un bandido mexicano, aunque esta vez, su papel no es un psicópata asesino. Las andanzas de Chuco sirven para comenzar a utilizar el western como exponente de ideas politicas de izquierdas aparadas en la revolución mexicana, creando además un nuevo subgenero que daría un puñado de cintas de parecidas motivaciones.

El ultimo titulo de Volonté en el genero se trata de "Cara a cara", obra maestra del director Sergio Sollima. En este caso, su papel es el de Fletchet, un educado y recto profesor que llega al oeste por tratamiento medico. A lo largo de la cinta, vamos descubriendo como el personaje cambia, tanto física como moralmente, dando la oportunidad a Volonté de desplegar todo su talento. Por desgracia, Volonté no volvió más al genero. Dedicó su carrera a varios géneros, y a trabajar fuera de Italia de vez en cuando, logrando con ello muchos premios y reconocimiento, entre ellos al mejor actor tanto en el Festival de Berlín(Il caso Moro) como en el Festival de Cannes (La morte di Mario Ricci).
En 1990 fue considerado mejor actor europeo por Porte aperte, y un año después, recibió un León de oro por su carrera en el Festival de Venecia. Volonté muere de un ataque al corazón en 1994, mientras rodaba una nueva película en Grecia.

Filmografía SW:

1964- Por un puñado de dolares
1965- La muerte tenía un precio
1966- Yo soy la revolución
1967- Cara a cara

ROBERTO CAMARDIEL

Roberto Camardiel nació el 29 de noviembre de 1917 en Alagón (Zaragoza). En el año 1952 participa en su primera película "Persecución en Madrid". Camardiel tiene en su filmografía más de un centenar de trabajos en la gran pantalla, y también en la televisión. Por ejemplo aparece como el Alcalde Epifanio en la famosa serie "Verano Azul".
Su físico era ideal para la comedia o para ejercer de perfecto Sancho Panza del protagonista de la película o personajes similares que aportaban humor a la producción, con lo cual Camardiel no paró de rodar spaghettis, cerca de una treintena para ser algo más exactos.

Sus últimos trabajos en el cine estuvieron unidos a la comedia del "destape" de los primero años después de la transición, con títulos como "Cristobal Colón, de oficio...descubridor" o "El Cid Cabreador". Un siete de noviembre de 1986 moría en Madrid a la edad de 69 años. En el año 2007, el ayuntamiento de Zaragoza decidió darle el nombre del actor a un parque publico como homenaje.

Filmografía SW:

1963- El Llanero
1965- La muerte tenía un precio
1965- Adios, gringo
1965- El Hijo de Jesse James
1965- Joaquin Murríeta
1965- Johnny West
1965- Los Cuatro implacables
1966- Arizona Colt
1966- El Halcón y la presa/// Reseña Adicional
1966- La Muerte cumple condena
1967- Oro maldito
1967- Con el corazón en la garganta
1967- Siete mujeres para los Mac Gregor
1968- La ametralladora
1968- Entre Dios y el Diablo
1968- Un tren para Durango
1969- El valor de un cobarde
1970- Un dólar y una tumba
1970- Arizona vuelve
1971- Y ahora le llaman Aleluya
1972- Les llamaban y les llaman dos sinverguenzas
1972- En el oeste se puede hacer...amigo
1972- Una bala marcada
1972- The Return of Halleluja
1973- Uno, dos, tres... dispara otra vez
1981- El lobo negro


miércoles

MANOS TORPES


MANOS TORPES
1969
España
Dirección Rafael Romero Marchent
Producción Ricardo Sanz
Guión Santiago Moncada, Joaquín Luis Romero Hernández
Música Antón García Abril
Fotografía Miguel Fernández Mila

Reparto
Peter Lee Lawrence, Alberto de Mendoza, Pilar Velázquez, Aldo Sambrell, Luis Induni, Frank Braña, Antonio Pica, Antonio Molino Rojo.

Peter es un pobre muchacho que es maltratado, golpeado, y expulsado del pueblo por su relación con la hija del ranchero donde trabajaba. Peter tiene pesadillas por que cuando era pequeño un pistolero vestido de negro mató a sus padres. Y precisamente cuando esta a punto de morir en mitad del desierto, aparece un pistolero vestido de negro que le salva la vida, y lo lleva a ver a un maestro chino que le enseñará a manejar las armas, y podrá cumplir su venganza.

Un buen spaghetti western dirigido por el español R. Romero Marchent, que logra una buena historia, bien contada, y bien filmada. No llega a la violencia de los spaghetti westerns de Leone, ya que el estilo de Marchent es mas cercano al western clásico, pero hay muchos tiros, muchas muertes. A mitad de la cinta aparece un pueblo con la población con la peste, aunque en el momento en que salen los apestados, parece mas el amanecer de los muertos, por la forma de moverse. Latimore (el pistolero) va detrás de cuatro forajidos que paran en ese pueblo y matan a toda la población. Y Latimore mata a tres de ellos, y al ultimo lo deja atado junto a un muerto apestado, para que deje que se la pegue. Esa escena es un poco gore, no me la esperaba de Marchent...
Personalmente, lo que más me chirria es un chino en mitad del oeste, con su casa estilo oriental y tal. Si querían un maestro, el propio pistolero le podría haber enseñado.
Me quedo con el personaje de Alberto de Mendoza, Latimore. Quizás a su inmaculado traje negro le falta un poco más de polvo para mi gusto, pero la actuación de Mendoza es de lo mejor de la cinta. Y también Pilar Veláquez, que sale guapisima. Peter Lee Lawrence está en su registro, poco expresivo, pero no irrita.

Manos torpes es un buen western europeo, con algunos fallos (la musiquita cuando están montando a caballo en el rodeo al principio es de lo peor), pero que se pueden perdonar. (TEXTO 800SW)

PETER LEE LAWRENCE

Karl Hirenbach (nombre real del actor) nació en Alemania el 21 de febrero de 1945.
Con 20 años debutaría en el cine en "La Muerte tenia un precio" en un pequeño papel sin acreditar. Gracias a su fisico, comenzó a protagonizar spaghetti westerns, como "El hombre que mató a Billy el Niño" (Julio Buchs, 1967). Ese mismo año, rodando "La furia de Johnny Kidd" conoce a la actriz Cristina Galbó, la que acabará siendo su esposa.

A partir de entonces, el actor comenzó a encadenar un rodaje tras otro, siendo el western su genero más visitado. "Winchester, uno entre mil", Manos torpes", "Garringo" o "Una bala marcada" fueron algunos de esos títulos que le convirtieron en un rostro clásico del genero. En 1974 rueda sus dos ultimas películas, " Los Caballeros del Botón de Ancla" y "Il bacio di una morta".

El 19 de abril de 1974, con 29 años, el joven actor muere de forma extraña. Algunos hablan de suicidio, pero su mujer siempre ha desmentido que esa fuera la razón.
Lo que si es seguro es que además de ser un suceso muy injusto el de la muerte de una persona tan joven, truncó una carrera que parecía que iba en aumento.

Filmografia SW:

1965- La muerte tenía un precio
1967- Killer calibro 32
1967- Il Giorni della violenza
1967- La Furia de Jhony Kidd
1967- El Hombre que mató a Billy el Niño
1968- Winchester, uno entre mil
1968- Uno a Uno sin piedad
1968- El Sabor del odio
1969- Sin Aliento
1969- Garringo
1970- Manos torpes
1970- Reza por tu alma... y muere
1970- La muerte busca un hombre
1971- I Quattro pistoleri di Santa Trinità
1971- Un dólar para Sartana
1972- Una Bala marcada
1973- Un Dólar de recompensa

ALBERTO DE MENDOZA

Actor argentino (Buenos Aires 1923) cuyo verdadero nombre es Alberto Manuel Rodríguez Gallego Gonzáles de Mendoza. El lunes 12 de diciembre de 2011 moria en madrid a la edad de 88 años.

De padres españoles, con cinco años al fallecer éstos se traslada a Madrid a vivir con su abuela, cursando estudios en el Colegio de los Escolapios. Tras la muerte de ésta en 1939 retorna a Argentina en donde comienza a estudiar baile, interpretación y pintura. Estos primeros años alternará el ballet en la compañía de Mercedes Quintana, el teatro (actividad que nunca abandonó), el cabaret e incluso la ópera (fue cantante secundario en la compañía de Enrique Serrano).

Su primer papel importante en el cine tuvo lugar en 1942 con “El viejo Hucha” de Lucas Demare, comenzando así la que se puede denominar como su primera etapa cinematográfica que se desarrolló entre Argentina y Méjico con películas en las que, tras una etapa de papeles secundarios, comienza a perfilar el típico personaje de galán pero no exento de cierta ironía e incluso cinismo. Así se le pudo ver entre otras en “Filomena Maturano” (1950) dirigida por Luis Mottura, “Pasó en mi barrio” (1951) de Mario Soffici con quien volvería a trabajar en “Barrio gris” (1952) y en “Ellos nos hicieron así” (1953), “La bestia humana” (1957) adaptación de la obra de Emilio Zola realizada por Daniel Tynaire y, sobre todo, “El jefe” (1958) de Fernando Ayala con la que se consagró al obtener el Premio de la Crítica Nacional Argentina.

Paralelamente siguió con su actividad en el teatro en la compañía de Lola Membrives interpretando a clásicos españoles (Lorca, Benavente, Pemán, los hermanos Álvarez Quintero). En 1961 se traslada a Madrid para representar Divinas Palabras de Valle Inclán y obtiene un clamoroso éxito (incluso Bergman intentó verlo) que le abrió las puertas del cine europeo, comenzando su segunda etapa desarrollada en el viejo continente favorecida por el auge del denominado cine de género. Así se le pudo ver en todo tipo de películas: aventuras, en las que puso en práctica sus amplios conocimientos de esgrima, como “La máscara de Scaramouche” dirigida en 1963 por Isasi-Isasmendi y “Los corsarios” (1970) de Ferdinando Baldi; bélicas como “Hora cero: operación Rommel” que dirigida por Leon Klimovsky en 1968, con el que había trabajado en su argentina natal en un par de ocasiones, le emparejó con Jack Palance; notables giallos de Sergio Martino como “La perversa señora Ward” (1971) con George Hilton y Ewige Fenech y “La cola del escorpión” también de 1971 y con, de nuevo, George Hilton y de Lucio Fulci como “Una historia perversa” (1969) junto a Jean Sorel, Elsa Martinelli y Marisa Mell y “Una lagartija con piel de mujer” (1971) que contó con un gran reparto encabezado por Stanley Baker y Florinda Bolkan; de terror como la mítica película dirigida por Eugenio Martín “Pánico en el Transiberiano”(1972) que contó en sus papeles estelares con la no menos mítica pareja compuesta por Peter Cushing y Christopher Lee.

Es durante estos años cuando se le puede ver en spaghettis tan destacados como “Tierra de gigantes” o “Los desesperados”.
En 1979 regresa a Argentina en donde vivirá una segunda etapa de esplendor gracias, sobre todo, a su participación en dos series de televisión, “El Rafa”, serie que se mantuvo durante dos años a pesar de que inicialmente estaba pensada para 15 capítulos y obtuvo un gran éxito tanto en la América hispana como en los Estados Unidos, y “El oriental” (1982) con la que obtuvo el premio al mejor actor de habla hispana concedido por la Asociación de Críticos de Nueva York. Actividad que ha seguido compaginando con el teatro y el cine (“Manaos”, “Bossa Nova”, “Cleopatra”, “Tapas”).
Su última aparición ha tenido lugar en 2010 en la producción argentina dirigida por Miguel Angel Rocca “La mala verdad”.

Filmografía SW

1969.-Tierra de gigantes
1969.- Los desesperados
1970.- Manos torpes

viernes

POR UN PUÑADO DE DOLARES


Por un puñado de dolares (Per un pugno di dollari)
1964
Italia/ España
DIRECTOR Sergio Leone
GUIÓN Sergio Leone, Duccio Tessari, Victor A. Cantena, G. Schock
MÚSICA Ennio Morricone
FOTOGRAFÍA Jack Dalmas

REPARTO
Clint Eastwood, Marianne Koch, Gian Maria Volonté, Antonio Prieto, José Calvo, Wolfgang Lukschy, Mara Krup, Klaus Kinski, Luigi Pistilli, Joseph Egger, Panos Papadopoulos, Aldo Sambrell, José Canalejas, Daniel Martín, Antonio Molino Rojo.

A un pueblo llega un solitario pistolero. En el pueblo, dos bandas rivales se disputan el control del mismo. El pistolero comienza un curioso juego para que las dos bandas se enfrenten y que el pueda sacar beneficios economicos en la batalla.

Antes de continuar la serie ‘Rawhide’ (‘Látigo’ en nuestro país), el futuro intérprete de ‘Harry el sucio’, pensó que venirse a España a rodar una película podría significar una buena oportunidad para seguir desarrollando sus aptitudes como actor. Cambiar de aires, sobre todo porque ya estaba un poco cansado de la CBS y la mencionada serie, podía venirle bastante bien. Así que, con alguna que otra duda, los consejos de su mujer por aquel entonces, y la condición de que podría cambiar los diálogos de su personaje, cruzó el charco dispuesto a probar nuevas experiencias.

‘Il magnifico straniero’ fue el título con el que se rodó la película, cambiándolo por el que todos conocemos justo antes de su estreno. Eastwood no sabía quien era Sergio Leone, quien había hecho algún que otro peplum (género, o subgénero, que empezaba a entrar en decadencia en Italia) y colaborado en algunas superproducciones (fue el director de la segunda unidad de ‘Quo Vadis’ y ‘Ben-Hur’), y éste apenas conocía nada de Eastwood. Simplemente le había parecido interesante al verlo en algún que otro episodio de ‘Rawhide’. Pensó que podría envejecer su aspecto, poniéndole barba de días y cierto aspecto desaliñado. No se equivocó.

Eastwood no hablaba italiano y Leone no hablaba inglés, pero al poco tiempo acabaron entendiéndose a la perfección, pues ambos compartían una enorme pasión por el cine. A Sergio Leone se le consideró el padre del spagetthi western, algo que a él siempre le molestó. Lo cierto es que este film, en contra de todo pronóstico, fue el que terminó de impulsar dicho subgénero, que hasta entonces contaba con algunas producciones, sobre todo de origen alemán (anotar la graciosa anécdota de que en Italia, los espectadores pensaron que Clint Eastwood era una actor alemán, ya que ‘Rawhide’ aún no había llegado al país de la bota).

Leone le dio la vuelta a lo que hasta entonces se conocía como western. El director italiano cambió por completo las reglas de un género genuinamente americano, y aunque esto fue visto en un principio como una falta de respeto, no hay más que fijarse un poco para comprobar el profundo amor y cariño que Leone sentía por las películas norteamericanas. El personaje central rompía todos los moldes del típico héroe. Su entrada en escena ya marca por dónde irán los tiros, nunca mejor dicho, en el film. Su llegada a un pueblo fronterizo, en el que parándose a beber un poco de agua en un pozo, es testigo de cierta injusticia (a nuestros ojos) en la que no interviene. ¿Estamos ante el héroe o por el contrario es uno de los villanos? Leone se reserva esa información para más adelante, y nos sorprende mostrándonos a alguien sin ningún tipo de moral o ética al ofrecer sus servicios de pistolero a los dos bandos que se disputan el poder en el pueblo.

‘Por un puñado de dólares’ es un remake en toda regla de ‘Yojimbo’, el famoso film de Akira Kurosawa protagonizada por Toshiro Mifune, aunque en un principio Leone intentó disculparse poniendo todo tipo de excusas. Kurosawa montó en cólera y denunció a los productores, logrando ganar el pleito (los derechos de distribución internacionales fueron exclusivamente suyos). Dejando a un lado polémicas de este tipo, se puede apreciar que ‘Yojimbo’ tenía una historia que podía ser trasladada perfectamente al western (no nos olvidemos de que Kurosawa además rendía con ese film un homenaje al género en cuestión, sobre todo por sus admiradas películas de John Ford, pasión que compartía con Leone), pasado por el filtro que el director italiano estaba a punto de convertir en estilo. La amoralidad del film japonés también está presente en ‘Por un puñado de dólares’, subrayando esto con un incremento de la violencia hasta límites insospechados para la época (atención a la paliza que recibe el personaje central cuando es pillado in fraganti en una de sus artimañas).

Leone, además de una puesta en escena reforzada por unos decorados de una sequedad brutal, en perfecta armonía con el uso del formato scope, contó con dos elementos que hoy día son ya inmortales. Por un lado la inolvidable música compuesta por Ennio Morricone, que va más allá de ser un mero acompañamiento musical. Sus melodías, pegadizas hasta decir basta, muestran y sugieren las motivaciones o sentimientos de los actores de una forma que nunca antes se había visto. El compositor italiano, que a día de hoy sólo tiene un Oscar honorífico, se convertiría en el máximo referente de las bandas sonoras en películas de este tipo (a la copia le salieron copias hasta debajo de las piedras), llegando a expandirse en otros géneros, como ya todos sabemos.

El segundo elemento es, cómo no, Clint Eastwood, cuya composición sigue resultando, aún a día de hoy, una de las mejores de su larga carrera como actor. Con una sorprendente ironía, un laconismo utilizado como expresividad, y cierto sentido del humor (la escena en la que pide al sepulturero tres ataúdes, y después de matar a cuatro hombres le dice que se equivocó, que quería decir cuatro, es impagable), el actor compone un personaje inolvidable. Leone siempre dijo que Eastwood tenía tres expresiones: con cigarro, con sombrero, y sin sombrero. Lo que nunca dijo, porque tal vez ya se daba por entendido, es que con esa enorme economía de medios, Eastwood era capaz de transmitir muchísimo, y de ser totalmente creíble. Por otro lado, el actor nacido en San Francisco se encontraba por primera vez dando vida a un tipo de personaje que no le abandonaría nunca, y que raya en cierto modo con lo fantástico. Su aire misterioso (aparece en medio de una humareda, impasible, peligroso), su origen desconocido, su parquedad en palabras, nos hacen pensar en alguien no humano, o de carácter fantasmal. Esto queda bien patente en una de las secuencias finales, cuando uno de los villanos dispara seguidas veces a Eastwood, y éste se levanta una y otra vez mientras susurra palabras, que semejan por el tono ser de ultratumba. Leone demuestra inteligencia al poner el punto de vista en el villano, de modo que el espectador no tiene más datos que él, y se sorprende (aterroriza) de lo que sucede. El actor Gian Maria Volontè es el perfecto contrapunto a la sobriedad de Eastwood.

Clint Eastwood se volvió a los USA convencido de que la película se olvidaría, hasta que el impresionante éxito que tuvo en Europa le pilló totalmente por sorpresa (incluso no sabía nada de lo del cambio del título). Leone quedó encantado de poder contar con él, después de la negativa de varios actores como Charles Bronson, quien dijo que el guión le parecía el peor que había leído en su vida, o Henry Fonda, que despidió a su agente pues éste ni siquiera le enseñó el guión que Leone le hizo llegar (¿es necesario que diga en qué impresionante película trabajaron los tres unos años después?).

El western empezó a despuntar en Europa, al contrario de lo que sucedía en su país de origen. El cine americano ya llevaba un tiempo trayendo algunas de sus producciones al viejo continente, aprovechando las subvenciones que el cine recibía por aquí (lo que son las cosas, eh?). Eastwood volvería a recibir una llamada para interpretar otra película que haría historia, ‘Per qualche dollare in più’, conocida aquí como ‘La muerte tenía un precio’, en la que Leone y Eastwood tocarían la perfección, cosa que aquí no sucede por un par de detalles no demasiados molestos (la rivalidad de los bandos en realidad era algo fácil de solucionar, y esa cámara subjetiva en el personaje de Volontè cuando cae abatido). Sea como fuere, se disfruta de principio a fin.

CLINT EASTWOOD

Clint Eastwood(31-mayo-1930) es posiblemente el mayor mito viviente del cine, y uno de los iconos tanto del Westen como de los SW. Todo comenzó allá por 1962, cuando James Coburn rechaza un papelito en un western de un tal Sergio leone y la cosa le llega a Eastwood, que no duda en irse para el viejo continente, pese a lo lejano del rodaje, y lo discreto del sueldo. Aun no era una estrella, así que tenia que aceptar trabajos si quería ir subiendo peldaños. Había conseguido cierta relevancia trabajando en una serie Western rodada para la tele, así que Leone creyó que le podría servir como un buen vagón para entrar en el mercado americano.
"Por un puñado de dolares" (64) es la primera parte de la trilogía. En ella Eastwood pone en pantalla un nuevo tipo de héroe, junto al nuevo Western que nos presenta Leone. La cinta estaba basada en "Yojimbo", una obra maestra de de A. Kurosawa. Leone se saca de la manga todo un nuevo genero con esta primera película. Un gran éxito de taquilla en Europa propició que al año siguiente "La muerte tenia un precio" siguiera creando las bases del SW.Y el éxito de la trilogía fue internacional con "El Bueno, el Feo y el Malo", donde Leone demuestra lo que es capar de inventar con mas dinero.
En la trilogia Eastwood siempre hacia el mismo papel, el de un pistolero americano sin nombre que va a su aire ( aunque en el fondo no era de los peores que rondaron por la trilogía).
Según cuenta la rumologia, el poncho que llevaba en las 3 películas se lo compró el mismo al inicio del rodaje de la primera. A saber lo que puede valer ese poncho ahora...

Pues lo había conseguido, la trilogía había convertido a Eastwood en una nueva estrella del firmamento americano, así que ya podría conseguir mas trabajo en su país.
Lo malo es que lo primero que le pidieron a la vuelta a su país es que rodara un Westen, con mucha influencia de los de Leone, así que le tocó volver a ponerse los revólveres.
"Cometieron dos errores" (67) es un discreto film, pero el publico quería mas westerns, y eso es lo que tocó rodar. Y es que hasta el personaje parece el mismo de las trilogías...

Algo mejor fue "Dos mulas y una mujer" (69), con una banda sonora impresionante, sobre todo con el tema principal. Y es que el maestro Morricone es muy grande. Aquí ya Eastwood se tiene hasta que volver a poner el poncho, pero la cinta es mucho mejor que la anterior, pena de la actriz que lo acompañaba en la cabecera del reparto. Unos años después, decide que su segunda película para dirigir será "Infierno de cobardes" (72), que si que es verdaderamente un SW, pese a estar rodada en USA. En ella nos cuenta la historia de un pistolero que llega a un pueblo lleno de cobardes y atemorizados ciudadanos. El pistolero liquida a los dos secuaces que tenían alquilado el pueblo para protegerlos, y deciden contratarle a él. Pero hay mucho mas detrás de lo que parece un guión normal. Infiernos de cobardes es una genial SW psicológico, que ya nos enseña lo que esta por venir. Como director, demuestra que había aprendido mucho de Leone y Siegel, los directores que mas le habían influidos en su carrera por aquella época.
Ese mismo año actúa como protagonista en "Joe Kidd",un Western serie B, mas que otra cosa como un favor o como una diversión. Esta película es muy desconocida, ya que tuvo muy poco éxito, pero merece la pena verla.

Cuatro años después vuelve a dirigirse a si mismo en "El Fuera de la Ley"(76). Aquí compone uno de sus mejores papeles, un rudimentario y amalgado Jesse James, capaz de seguir él solo la guerra por su cuenta contra el Norte. Algunos momentos hacen de este viaje hacia la nada una cinta de culto. La muerte de su compañero, cuando hace frente solo a grupos de forajidos o indios, la escena de la metralleta...
Aquí ya se ve que pese a que sigue los cánones del genero, tienen muchos detalles que lo empiezan a hacer especial.
Y si ya puedo decir que el anterior western es una obra maestra, aun nos quedaban por ver otra dos, aun mayores.

"El Jinete Pálido"(85) es una antesala de lo que estar por venir en el futuro, y también podíamos decir que es una revisión de Infiernos de cobardes, pero desde otro punto de vista, y con un Eastwood muchisimo mas experimentado tras la cámara, y eso se nota.
El predicador es un extraño hombre que viene a un perdido poblado de mineros a ayudar a estos contra un cacique que quiere echarlos del poblado cueste lo que cueste. El predicador de predicador tiene poco, pero es un afamado pistolero, que quizás quiere pulgar sus penas, pero por desgracia, tiene que volver a empuñar sus amas .Su llegada al inicio de la película apareciendo de la nada entre la niebla da pie a pensar quien es realmente, pero eso ya es cosa de cada uno...

Y en el 1992, Clint Eastwood su mayor película en el genero, y una de las primeras que le calló la boca a tantos detractores que no quieren ver mas allá de un rostro duro. "Sin Perdón" arrasa ese año en los oscars, y hace que por fin sea considerado un genio, aunque después lo ha seguido demostrando.
Pocas cosas que no se hallan dicho ya sobre esta película de culto puedo yo decir.
Obra maestra, el ultimo gran western, el revivir ( pero poco) del genero en los 90.
Sin perdón es un crepuscular film. En él, vemos que ya el oeste no era lo que era, y un viejo pistolero debe de hacer un trabajo, pese a que la edad y el tiempo no perdona.
La verdad es que este puede ser la historia de cualquiera de los personajes que había dado vida en todos sus otros Westerns. Pero en esta historia vemos que todo no es tan sencillo como lo era en sus primeros SWs.

FILMOGRAFIA WESTERN

Por un puñado de dólares (1964)
La Muerte tenía un precio (1965)
El Bueno, el feo y el malo.(1966)
Cometieron dos errores. (1967)
Dos mulas y una mujer. (1970)
Joe Kidd. (1972)
Infierno de cobardes. (1972)
El Fuera de la ley. (1976)
El Jinete pálido. (1985)
Sin perdón. (1992)