Título original
The Return of Frank James
Año 1940
Duración 91 min.
País Estados Unidos
Director
Fritz Lang
Guión
Sam Hellman
Música David Buttolph
Fotografía
George Barnes & William V. Skall
Reparto
Henry Fonda, Gene Tierney, Jackie Cooper, Henry Hull, John Carraidine, J. Edward Bromberg, Donald Meek
Sinopsis
Cuando los periódicos publican la noticia del asesinato de Jesse James, su hermano Frank, que desde hace años vive con una identidad falsa (Ben Wooden), decide abandonar su pacífica vida de granjero para vengar su muerte.
Primer western realizado por Fritz Lang sobre un total de tres. El guión, original de Sam Hellman (“Pasión de los fuertes”, Ford, 1946), construye una historia que da continuidad a la del film “Tierra de audaces” (King, 1939). Se rueda en escenarios naturales de Bishop, Lone Pine y Sonora (CA) y en los platós de Fox Studios (Century City, L.A.). Producido por Darryl F. Zanuck para la Fox, se estrena el 10-VIII-1946 (NYC).
La acción dramática tiene lugar en los estados de Missouri (Clay County, Liberty...) y Colorado (Denver), a partir del 3-IV-1882, fecha del asesinato por la espalda de Jesse James en Saint Joseph (Missouri) por Bob y Charlie Ford. Alexander Franklin “Frank” James (Fonda), hermano mayor de Jesse James, convertido en pacífico granjero, vive retirado en un lugar apartado y tranquilo, en compañía de Pinky (Whitman) y Clem (Cooper), hijo de un antiguo componente de la banda de Jesse James. Se hace llamar Ben Woodson. Cuando conoce que los asesinos de su hermano han sido indultados y puestos en libertad inmediatamente después de ser condenados por los Tribunales de Justicia, decide vengar la muerte del hermano. Frank, de 39 años (nacido en 1843), aficionado a la lectura, en especial de las obras de Shakespeare, antiguo soldado sudista, es generoso y de temperamento pacífico. Ha tomado a su cargo a Clem (Cooper), de 18 años, simpático hijo de un antiguo miembro, ya fallecido, de la banda de su hermano Jesse James.
El film suma drama, comedia, acción y western. El éxito de taquilla de “Tierra de audaces” hace que la Fox piense en realizar una secuela, cuya dirección encomienda a Fritz Lang. Éste había manifestado su afición al género, su fascinación por la mitología del western, su admiración por la ética del Viejo Oeste y su interés por la historia del país. Es también el primer trabajo del realizador en color. Lang hace sus tres westerns como consecuencia de sus gustos y preferencias. Los realiza, además, con interés, afición y aportación de ideas personales. En los tres trata un tema particularmente grato para él, como es el de la venganza y el de la difícil redención.
Focaliza la atención en el drama interior del protagonista, un antihéroe, compañero de correrías de su hermano menor Jesse James y como él dado a robar a los ricos para ayudar a los menesterosos. Enemigo de las armas de fuego, pacífico y opuesto a todo tipo de violencia, Frank se ve obligado a enfundar las pistolas por lo que para él es el deber ético de vengar la muerte de su hermano. Asume su misión como una pesada carga y con un profundo desgarro interior. A lo largo del relato en varias ocasiones el protagonista se ha de enfrentar a disyuntivas morales que rubrican su integridad moral, complican su vida y amplían las dimensiones de su sacrificio interior. Frank James como vengador y justiciero es un hombre atormentado y amargado.
El realizador explora la venganza como causa desencadenante de la acción. De todas las cuestiones que el tema plantea, le interesa sobre todo analizar la venganza concebida como imperativo moral en el marco de una sociedad imperfecta donde la justicia es más una aspiración que una realidad. Frank no emprende su aventura con el deseo de sustituir a los Tribunales, sino como resultado de la tergiversación de la sentencia a cargo de decisiones gubernativas caprichosas. Lang se complace en analizar la sociedad del Medio Oeste, habitada por personajes duros, violentos, complejos, caprichosos e impredecibles. Ofrece varios trazos sobre las rivalidades entre el Norte y el Sur que se mantenían casi 20 años después de finalizada la contienda civil. Los tres westerns de Lang son el que comentamos, “Espíritu de conquista” (1941) y “Encubridora” (1952).
El estilo narrativo se caracteriza por la concisión y la economía de medios. Evita las secuencias de transición y hace uso de frecuentes elipsis, que confieren al relato una notable agilidad. El ritmo narrativo es intenso. El recurso reiterado al humor aumenta el interés del relato y le confiere un atractivo que conquista la complicidad del espectador. La interpretación de Fonda es magnífica. Destacan la de John Carradine en el papel de malvado, fanfarrón y cobarde, y la de Henry Hull en el papel del histriónico, exagerado y cómico mayor Rufus Cobb. Gene Tierney debuta en cine con una intervención que supera lo que se podía esperar de ella en una primera ocasión. El film combina espectacularidad en las secuencias de acción e intimidad en las escenas familiares. El drama interior del protagonista es el centro dramático del film. La puesta en escena sobresale por la precisión y excelencia.
La banda sonora, de David Buttolph (“Juntos hasta la muerte”, 1949), crea una partitura descriptiva destinada a cumplir funciones de explicación y acompañamiento. Ofrece pasajes variados, ricos en matices y de concepción compleja e ingeniosa. La fotografía, de George Barnes (“Tierra de audaces”), en color (technicolor) muestra unos paisajes áridos, secos, duros y atormentados, que evocan la manera de ser y los sentimientos de los protagonistas. Admira las perspectivas solemnes y las frías cumbres nevadas de las Montañas Rocosas (Colorado).
‘La Venganza de Frank James’ (The Return of Frank James, 1940) es la continuación directa de ‘Tierra de Audaces’ realizada un año antes por Henry King. El gran Fritz Lang tuvo la oportunidad de filmar aquí su primer western adentrándose todavía más en la cultura norteamericana que tanto admiraba el famoso director, y sobre la que se permitió el lujo de hablar en sus películas de una forma directa, concisa y sin reservas. Este film, además es la primera película en color de Lang y el primer título en el que aparecía una de las más bellas y mejores actrices de todos los tiempos: Gene Tierney.
‘La Venganza de Frank James’, como su título bien indica, versa sobre los deseos de venganza por parte del hermano de Jesse James después de que éste fuera asesinado por el cobarde Robert Ford. Frank saldrá de su retiro para buscar justicia aplicándola como mejor sabe. Para ello tendrá ayuda de todos aquellos que simpatizaban con los hermanos James, y más concretamente de un muchacho con aires de grandeza, y una joven periodista, hija del dueño de uno de los periódicos más importantes del país, y que se sentirá fascinada por todo el mundo que rodea a Frank James.
El film es una continuación en toda regla, partiendo de la última escena que cerraba ‘Tierra de Audaces’, en la que un apuesto Tyrone Power daba vida al legendario Jesse James. Tanto es así que da la sensación de que ambas películas se rodaron seguidas cuando no fue así, y eso que no les separa ni un año, pero en aquella época un mismo actor o director eran capaces de rodar varios títulos en un solo año. No obstante enseguida vemos el cambio de director, gracias a la excelente puesta en escena de Lang, la cual puede verse un poco afectada por un guión que tal vez no esté a la altura de las circunstancias, una simple historia de venganza con pocas ramificaciones y sin demasiadas complicaciones, aunque en determinados momentos vemos la mano crítica de su director dotando con su propia personalidad alguno de los pasajes de la película.
Una vez más Lang nos habla de la justicia, de lo mal que puede acabar uno si se deja llevar por los deseos de venganza, casi siempre destructivos y de fatales consecuencias para todos. El director consigue reunir todo eso en un solo personaje, Frank James, la verdadera estrella de la función, que no sólo piensa en que se haga justicia, y para ello tenga que atracar bancos, sino en todo el que le rodea y si sus acciones pueden influirles en manera alguna. El personaje está interpretado por un soberbio, como casi siempre, Henry Fonda, quien aquí tiene oportunidad de lucirse todo lo que no pudo en el anterior film, en el que su personaje quedaba un poco desdibujado. Fonda está soberbio, impresionante, componiendo un rol lleno de matices que enriquece con simples gestos o miradas, o su forma de caminar.
A su lado, actuando por primera vez delante de una cámara, la maravillosa y única Gene Tierney, y que para un servidor supone la gran decepción de la película. Dejando a un lado que el papel es de lo más típico, por mucho que la vistan de periodista interesada en asuntos serios, no deja de ser la típica comparsa femenina, sin la más mínima fuerza, algo extraño en el cine de Lang, en el que hay verdaderas piezas maestras sobre el universo femenino. La Tierney está bastante sosa e inexpresiva, resultando su interpretación bastante floja, algo impensable en una actriz de ese talante. Menos mal que pronto llegarían los personajes inmortales que Tierney nos dejó y por los que algunos le rendimos amor eterno. Pero las cosas como son, y aquí no son demasiadas buenas en este punto verdaderamente crucial. Una pena.
Citar, como no, a dos secundarios como Jackie Cooper, el inolvidable compañero de Wallace Beery en alguna que otra inolvidable película, aquí a punto de ser un hombre, acompañando a Frank James en sus correrías; el actor está simplemente correcto, pero desprendiendo una enorme simpatía. Y como Robert Ford, el inolvidable John Carradine, haciendo gala de sus dotes para este tipo de personajes malvados, destacando por encima de todo la fanfarronería y la cobardía del personaje, dos características que Carradine borda como ninguno. Una buena película que no se encuentra entre las grandes obras de Lang, aunque su sello queda bien impreso. Se acercaría dos veces más al género del western, en la menor ‘Espíritu de Conquista’ al año siguiente y en la laureada ‘Encubridora’, en los años 50.
HENRY FONDA
Actor estadounidense (1905 Nebraska-1982 California) cuyo verdadero nombre era Henry Jaynes Fonda y patriarca de una saga de intérpretes: sus hijos Jane y Peter y su nieta Bridget. Posee una de las carreras más extensas y exitosas en la historia del cine con más de cien apariciones en la gran pantalla en las que con un estilo sobrio y contenido dotó a sus personajes de una gran profundidad, encarnando como pocos al norteamericano medio.
Contratado por la poderosa Twenty Century Fox, durante dos décadas se convirtió en uno de los actores más estajanovista de la época, participando en todo tipo de géneros con los más grandes directores: Fritz Lang (“Sólo se vive una vez” y “La venganza de Frank James”, segunda parte de “Tierra de audaces” que también protagonizó junto a Tyrone Power bajo la dirección de Henry King), William Wiler (“Jezabel” junto con la gran Bette Davis en su típico papel de malvada), Preston Sturges (“Las tres noches de Eva” extraordinaria comedia en la que padecía los enredos de Barbara Stanwyck), William Wellman (“Incidente en Ox-Bow” un excepcional western en el que se cuestionaba la ley de Lynch y ofrecía una imagen del oeste poco heroica). Pero es sin duda su colaboración con el genial John Ford la que más le va a marcar, así participara sucesivamente en “El joven Lincoln” (genial biografía de los primeros años como abogado de Lincoln), “Corazones indomables”(estupendo western ambientado en el siglo XVIII), la extraordinaria adaptación de “Las uvas de la ira” en la que dio vida a Tom Joad y por la que fue nominado al Oscar, “Pasión de los fuertes” (recreación bastante libre del duelo en el OK Corral),“El fugitivo” (fallida adaptación de una la gran novela de Graham Greene “El poder y la gloria”) y “Fort Apache” (primera parte de la mítica trilogía sobre la caballería en la que interpretó al Coronel Thrusday un clasista y racista militar trasunto de Custer).
En la siguiente década, liberado del contrato con la Twenty, espació sus apariciones en la gran pantalla; no obstante se le pudo ver en grandes películas como la colosal adaptación de la inmortal obra de Tolstoi “Guerra y paz” realizada por King Vidor, el magnífico thriller basado en un caso real “Falso culpable” de Alfred Hitchcock o los notables westerns “Cazador de forajidos” dirigida por Anthonny Mann y “El hombre de las pistolas de oro” filmada por Edward Dmytryk; además de reservarse el principal papel de “Doce hombres sin piedad”, que también produjo y por la que fue nominado de nuevo al Oscar. En 1968 rodará una de las cumbres del western “Hasta que llegó su hora” en la que, en una gran interpretación, dio vida a Frank uno de los pistoleros más fríos y despiadados, capaz de asesinar a un niño sin pestañear, vistos en un western. Su contribución al spaghetti se completó con su papel de Jack Beauregard en “Mi nombre es ninguno” (1973) film alegórico sobre la muerte del western.
No hay comentarios:
Publicar un comentario