Alambradas de violencia (Pochi dollari per Djang)
1966
España/Italia
Director: León Klimovsky (Enzo G. Castellari)
Guión: Manuel Sebares, Tito Carpi
Fotografía: Aldo Pinelli
Música: Carlo Savina
Reparto:
Anthony Steffen, Gloria Osuna, Frank Wolff , Joe Kamel, José Luis Lluch, Tomás Zalde, Alfonso Rojas, Angel Ter, José Luis Zalde, Sandalio Hernández, Enio Girolami, Enzo Castellari , Alfonso de la Vega, Joaquin Parra, Félix Fernández
Coproducción italo-española de 1966 en cuyos títulos de crédito figura como director el argentino afincado en España León Klimovsky pero que en realidad, por lo que he leído, el encargado en su mayor parte de ponerla en pie por las desavenencias surgidas con Klimovsky fue Enzo G. Castellari, con lo que este filme fue su debut como director en un subgénero del que se convertiría en uno de sus mayores representantes. De hecho si se comparan el principio de “7 Winchester para una matanza”, que dirigiría al año siguiente, y el final de ésta se aprecia una misma mano en la dirección.
SINOPSIS:
Regan es un cazador de recompensas contratado por la Compañía Nacional de Minas para recuperar los 100.000 dólares robados por la banda de Jim Norton. Tras acabar con tres de ellos y recuperar parte del botín, sus pesquisas le llevan a Mile City un pueblo en Montana, territorio fundamentalmente ganadero, en donde vive el pacífico hermano gemelo de Jim, Trevor, y en el que, tras hacerse pasar por sheriff, se encontrará en medio de la guerra librada entre los colonos con sus cercas y los ganaderos defensores de los espacios libres necesarios para alimentar a sus vacas.
El largometraje, al igual que 7 Winchester, está a caballo de los postulados del spaghetti y del western clásico. Así nos encontramos con una magnífica escena inicial marcadamente “spaghetera” (para mí la mejor secuencia de la película), de una gran riqueza visual y barroquismo (se ve acercarse al protagonista entre los antebrazos de dos individuos que están echándose un pulso, para posteriormente aparecer encuadrado entre las piernas de otro en un plano que recuerda al de Lee Van Cleef acabando con Al Mulock en “El día de la ira”), y en la que incluso se rinde homenaje a “Por un puñado de dólares” ya que el protagonista, al igual que Clint Eastwood en el filme de Sergio Leone, monta un burro, lleva una especie de poncho y fuma pequeños puros ( más adelante de nuevo se citará tanto al actor como al director pero en este caso en relación con “La muerte tenía un precio” en un plano en el que se ve a Reagan disparar desde el sillón de un barbero); pero tras aparecer los títulos de crédito nos vamos a encontrar con un largometraje tanto respecto al tema principal (el enfrentamiento entre agricultores y ganaderos) como por el diseño de producción, el montaje y la dirección de Castellari, en la que por ejemplo apenas utiliza un elemento tan característico como era el zoom (conté dos o tres y muy suaves) o hay una total ausencia de esos primerísimos planos no menos característicos, mucho más cercano a los westerns realizados en el continente americano. Incluso aparece un personaje como es el de Smitty, el ayudante del sheriff, que necesariamente remite al interpretado por Walter Brennan en “Río Bravo” por su carácter un poco gruñón, por la relación que mantiene con el nuevo sheriff y por alguna situación que protagoniza (al igual que ocurría en la película de Hawks en la que Brennan disparaba sobre Martin porque no le había avisado, Smitty disparará sobre Regan).
A pesar de la sólida dirección de Castellari que consigue escenas realmente buenas (la inicial anteriormente citada, la del tiroteo que sostiene entre las rocas Jim o el enfrentamiento de Regan con tres pistoleros y su posterior intento de linchamiento) creo que la película es bastante irregular y sufre de un cierto bache en la parte central con algún que otro giro de guión, además de partir de varias premisas poco acertadas por parte de los guionistas, el prolífico Tito Carpi y el también habitual de los spaghettis Manuel Sebares, ya que parece bastante increíble que la hija de Jim no sepa distinguir a éste de su tío Trevor por muy gemelos que fueran y resulta demasiado simple que Regan habiendo encontrado al futuro sheriff de Mile City asesinado se haga pasar por éste; además de no haber desarrollado los guionistas suficientemente uno de los aspectos con mayor potencial de la película como es la relación que se establece entre Regan y Trevor.
Por lo que respecta al reparto está encabezado por uno de los actores más prolíficos dentro de este subgénero, Anthony Steffen, en realidad Antonio de Teffè, (protagonista de veintisiete westerns en diez años) que, además de deleitarnos en las escenas de acción con sus habituales cabriolas consistentes en arrojarse al suelo, girar y disparar y a pesar de no ser un actor excesivamente expresivo, en este filme está bastante bien como Regan un frío y letal cazador de recompensas (suele dejar su sello en la frente de sus oponentes, característica repetida en distintos spaghettis como, por poner algún ejemplo, “Por techo las estrellas” o “Un agujero en la frente”, ambos ya comentados) que irá evolucionando a lo largo de la historia gracias, sobre todo, al amor que le profesa Sally, la hija de Jim Norton. A Steffen le acompaña Frank Wolff, actor norteamericano que trabajo fundamentalmente en Europa y terminó sus días trágicamente en un hotel de Roma, que en esta ocasión se muestra por debajo del nivel demostrado en otros spaghettis en un papel a priori muy interesante como Trevor, en realidad Jim, un bandido que intenta abandonar su vida de delincuencia y es firme partidario de la paz, lo que le cuesta enfrentarse a la incomprensión de otros colonos, pero con una querencia natural por la violencia como demuestra el hecho de que está a punto de asesinar a dos hombres desarmados. El principal papel femenino recae en Gloria Osuna (actriz, con cierto parecido con Gloria Milland, que había debutado en “Placido”, obra maestra de Berlanga, y a la que ese mismo año se la pudo ver en la notable “El sabor de la venganza” de J. L. Romero Marchent) al dar vida a Sally Norton, hija de Jim, protagonista de una historia de amor un tanto inconclusa con Regan. Junto a ellos dos veteranos como Alfonso Rojas, con más de cien largometrajes y películas para televisión de los cuales treinta y cinco fueron spaghettis, como Amos Bronswerg el poderoso y ambicioso jefe de los ganaderos, y Sandalio Hernández en el papel de Smitty el fiel ayudante del sheriff. Ambos están más que correctos.
En cuanto a la banda sonora, la compuso Carlo Savina y cuenta con un buen y pegadizo tema principal cantado, “There will come a morning”, que tiene un comienzo de influencia clásica para continuar con un estribillo más propio de los spaghettis (incluso se escuchan disparos) y está muy bien interpretado, como era habitual en las composiciones de Savina, por Don Powell.
Como curiosidades comentaros que fue uno de los primeros spaghettis que utilizó el reclamo de Django ya que en Italia el spaghetti se tituló “Pochi dollari per Django” a pesar de que el personaje interpretado por Steffen no tiene nada que ver con el modelo original, siendo para mí mucho más acertado el título de la versión española que alude claramente al conflicto vivido en Mile City; y que en el filme participaron tanto el hermano, Ennio Girolami, como el padre, Marino Girolami, de Castellari, el primero como actor dando vida a un pistolero de la banda de Jim y el segundo en labores de producción. En definitiva una película entretenida que constituye un curioso híbrido entre las corrientes europeas y norteamericanas del western, que cuenta con un acabado formal bastante correcto y, para mí, a pesar de sus defectos, sobre todo su irregularidad, se ve con agrado.(TEXTO 800 SW)
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