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15 HORCAS PARA UN ASESINO (RESUMEN)

Quince horcas para un asesino (Quindici forche per un assassino)
Italia/España
1968
DIRECTOR Nunzio Malasomma
REPARTO Craig Hill, George Martín, Aldo Sambrell, Tomás Blanco, Eleonora Brown, Andrea Bosic, Howard Ross, José Manuel Martín, Aldo Berti, Frank Braña, Giovanni Ivan Scratuglia, Umberto Raho, Luis Durán, María Montez, Laura Redi, Margarita Lozano, Alvaro de Luna, Ricardo Palacios, Antonio Molino Rojo.
GUIÓN Mario Di Nardo, José Luis Bayona
FOTOGRAFÍA Stelvio Massi
MÚSICA Francesco de Masi
ESPECTADORES 865.148

Acusados injustamente por el asesinato de tres mujeres, los miembros de dos bandas rivales se unen para poder sobrevivir a la caza a la que son sometidos por todo el pueblo. Y huyendo llegan hasta un abandonado fuerte, en el que intentaran defenderse de los ataques del grupo que les persigue.

Sandy Cassell (George Martin) es el jefe de una banda de ladrones de caballos. Después de su ultimo robo, matan a algunos vaqueros, y eso hace que Bill Mack (Craig Hill), líder de otra banda, se ponga tras su pista por una recompensa que dan por ellos.

Cuando la banda de Casell está durmiendo en el granero de un rancho de una viuda que vive sola con sus dos hijas, es cuando Mack da con ellos. Y le propone a Casell un curioso negocio. Después de que les diga donde vendió los caballos y ellos se lo devuelvan a los dueños, avisara a Casell para que los vuelva a robar. Como el negocio parece redondo, Casell acepta.

Pero a la mañana siguiente, y cuando aún las dos bandas siguen en el granero durmiendo, llega el novio de una de las hijas de la dueña del rancho, que primero descubre a las tres mujeres muertas dentro de la casa, y después a los hombres. Decide ir a avisar a el sheriff, y todos los ciudadanos del pueblo se dirigen a detener a los supuestos asesinos.
Estos, al despertarse y ver a las mujeres muertas, comienzan a preguntarse quien ha sido el asesino. Pero entonces aparece el grupo comandado por el sheriff, y pese a que Casell intenta que no huyan, el primer instinto hacen que todos comiencen a hacerlo nada más ver a los hombres del pueblo, comenzando una persecución.

La misma acaba al llegar a un viejo fuerte, en el que se resguardan. Por desgracia los hombres del sheriff no cesaran en sus ataques y pronto los nervios y los más bajos instintos comenzarán a aparecer en los pistoleros acorralados.

Una trama original, sin duda. Con unos apuntes de suspense psicológico, sobre todo en el encierro, que hace que los miembros de ambas bandas comiencen a ponerse nervioso al verse atrapados y sin posibilidad de escapar a la ira de los hombres que están fuera. Una ira que hace que a cada "asesino" al que van matando hasta los cuelguen para que los vean sus compañeros. Es sin dudar también de señalar la actitud de estos pistoleros que supuestamente son el "brazo de la ley", ya que muchas veces a lo largo de la historia son casi igual de crueles que a los hombres a los que persiguen.

Aunque en honor a la verdad, casi todos los personajes son de una moralidad bastante gris tirando a oscura. Hasta el propio Bill Mack, supuesto protagonista de la historia, no duda en robar, secuestrar y hasta matar para lograr sus objetivos, y más si lo que quiere es escapar con vida. Su cara de la otra moneda, Sandy Cassell, aunque tampoco tiene muchos escrúpulos, al comienzo de la historia aún tiene un poco de moralidad. Moralidad que por otro lado irá perdiendo conforme avance la historia.

Ambos actores (Craig Hill y George Martin) son sin duda los mejores de todo el reparto, consiguiendo los dos buenas actuaciones. Aunque tampoco quiero dejar pasar a José Manuel Martín, en un grandísimo papel como un cura con vocación de pistolero, con su ropa ennegrecida, y sobre todo con su biblia siempre a punto para soltar algún sermón. El resto del reparto lo conforman algunos habituales, como Frank Braña, Ricardo Palacios, Tomas Blanco, Aldo Sambrell o Alvaro de Luna.

Sobre la dirección del italiano Nunzio Malasomma, pese a que quizás no resalte, es aceptable, y se le ve que sabia bien como rodar un western de la nueva hornada. Algunos buenos movimientos de cámara le delatan como un hombre de técnica depurada. Por desgracia, este fue su único spaghetti, y también su ultima película, ya que unos pocos años después moriría.

La fotografía y la banda sonora siguen esa línea, y si quizás no son del todo notable, se pueden definir como un trabajo que no estropea el conjunto final.

Seguramente en manos de un director con un poco más de talento esta película hubiera sido una verdadera cinta a tener en cuenta y más conocida, pero pese a todo creo que es un titulo cuanto menos original y arriesgado por su historia, y que "15 horcas para un asesino" es una película a recuperar y a reivindicar como un gran pequeño spaghetti

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